• Telesur Señal en Vivo
  • Telesur Solo Audio
  • facebook
  • twitter
  • En México lo distinguieron con un Doctorado Honoris Causa y muy recientemente José Luis Basulto, de Cuba, y Gherson Maldonado, de Venezuela publicaron el libro “La Salsa de Federico y su Combo Latino”.
    En Profundidad

    En México lo distinguieron con un Doctorado Honoris Causa y muy recientemente José Luis Basulto, de Cuba, y Gherson Maldonado, de Venezuela publicaron el libro “La Salsa de Federico y su Combo Latino”.

Federico Betancourt fue el gran artífice de esa sonoridad. Visionario para lo musical, para lo bailable y para lo que sería el negocio discográfico.

En la urbe que era Caracas para la década de los sesenta del siglo pasado ya se sentía en la capital venezolana un marcado contraste social.

LEA TAMBIÉN:

Albert Schweitzer y Lambarena: Bach y África

Una parte de la población de la ciudad, con alto poder adquisitivo se ubicaba en la zona este de Caracas mientras que los trabajadores, el proletariado y decenas de miles de venezolanos llegados desde el interior de la nación buscaban acomodo en la zona oeste, ya mal planificada en cuanto a servicios y hasta ornato.

Sin embargo fue la zona oeste la que dio la bienvenida e impuso una sonoridad no conocida hasta entonces. No era música de la llamada tropical, no era jazz, no era rumba o son puros, y tampoco merengue, y sin embargo Caracas advertía todos esos ingredientes en ese sonido que comenzaba a hacerse notar, y que se hizo notar ante el mundo.

Estamos hablando, claro, de Salsa, pero estamos hablando de una manera de tocar y de bailar, y de cantar con un sello determinantemente venezolano. Y si fue un locutor de Caracas quien a aquella fusión de colores musicales le dio el genérico nombre de Salsa, fue a tres grupos orquestales también nacionales a quienes cabría la gloria de identificar esa sonoridad ante el mundo, y hasta el sol de hoy.

Foto: Cortesía

El primero y que determinaría el rumbo sonoro de la naciente salsa venezolana fue Federico y su Combo Latino. Fueron pioneros dentro y fuera de las tarimas porque desde el vamos se estuvo en presencia de una personalidad muy definida, sin arrogancias y colocando el punto sobre cada i para no secuestrar méritos de otros y para escalar la gloria con paso propio.

Federico Betancourt fue el gran artífice de esa sonoridad. Visionario para lo musical, para lo bailable y para lo que sería el negocio discográfico, Federico nunca ocultó la alegría de aportar.

Caracas se alineó con él y con Phidias Danilo Escalona. Era una combinación inderrotable. El programa de Phidias, “La hora de la Salsa, el sabor y el bembé” logró lo que nadie: derrotar a los noticieros radiales de la hora del almuerzo.

A partir de él ni siquiera las zonas del este de la ciudad se sustrajeron al encanto de la nueva sonoridad, a la irreverencia de la música y ahí estaba el Combo Latino de Federico, mandando. ¿Su fórmula? Un baile cadencioso, casi de guaracha por lo alegre alineado con metales, percusión y todos los aditivos orquestales más dos voces fenomenales y una puesta en escena brillante, novedosa y sobre todo, seguible.

Venezuela ha seguido siempre los pasos de Federico Betancourt, con su historia tan auténtica, sin remilgos ni poses, sin engaño acomodaticio.

¿El secreto del Combo Latino y de Federico?

Siempre supieron que la clave estaba en el baile. Y hacia allá apuntaron. El resto es historia conocida.

Pancho y Ramona

Inicios

“Nací un viernes santo, el 22 de marzo de 1940 en Valencia, en el estado Carabobo. Mi madre se llamaba Carmen Elena Betancourt Alvarado,y era de Duaca, una población estado Lara. Fue costurera y como costurera me levantó. Mi padre fue Carlos Federico Malpica, natural de Valencia, estado Carabobo".

"Era ferretero, y también jefe de bomberos voluntarios. Jamás usé el Malpica. Siempre he mantenido con orgullo el apellido de mi madre que fue quien vio siempre por mí. Viví una niñez muy tranquila. Mi mamá me dio lo mejor.  Era único hijo porque mi hermanito murió muy temprano. Mi mamá me dio todo su amor y viví muy feliz”.

Fue precisamente su mamá quien le regaló un pick up (tocadiscos) cuando Federico tenía unos 16 años, aumentando enormemente su gusto por la música y el baile.

“Yo oía a Pérez Prado, Tito Rodríguez, las orquestas de Cha cha chá. Yo me daba banquete y tenía el pick up al lado de mi cama. Yo solía escuchar los discos con mi amigo Rubén Mijares (quien sería posteriormente periodista y gerente deportivo). Mijares vendía empanadas y  yo vendía pasitas que compraba en el  Instituto Nacional de Nutrición. Me las daban baratas y yo las vendía en la puerta de la casa junto con algunos suplementos de aventuras que compraba, leía, no los arrugaba y luego los revendía”.

Federico más adelante vendería también discos y se iría involucrando en negocios. Llegó a trabajar en un banco, Banco de Venezuela.

El Combo Latino

“Había un grupo que se llamaba 'El Combo Latino' que grabó un 45 rpm con los temas 'En cadenas' y 'Ojos negros'. Yo trabajaba en el banco y tenía un grupo, 'Los Selectos'; en esa época la dotación era una trompeta y un trombón. Cantaba Yánez, ya fallecido y el actual cantante del Sonero Clásico del Caribe, “Papelón” (Oscar Martínez) quien todavía canta con ellos. Oí a ese grupo, El Combo Latino en Radio Difusora en un ensayo y le dije a Roberto Monserrat  “Oye, tremendo grupo”.

El director de ese grupo se llamaba Raúl Mayora y dejó el grupo así, lo abandonó, se lo dejó a Roberto, y estaban sin grabación y sin nada, y le pregunté a Roberto por el estado del grupo. Entonces me dijo que Mayora dejó el grupo, dejó unos temas y se fue a Europa. Entonces le dije: “Yo puedo estar con el grupo y lo puedo poner a grabar porque yo tengo un compadre en el Palacio de la Música, que se llama Jaime González”.

Hablé con Jaime para hacer la prueba y empezamos a grabar. Eso sí: Yo le dije a Roberto Monserrat: se llamará Federico y su Combo porque yo voy a poner el sonido, camioneta y todo. Roberto me dijo: “No hay problema”.

Allí empezamos a grabar con el sello Palacio de la Música. El éxito del Combo fue inmediato y tuve que dejar el trabajo en el banco porque ya nos comenzaban a salir muchos bailes, y sonaba bastante “Cocolía”.

Sellos discográficos

El primer Lp de Federico Betancourt y su Combo Latino lo grabó con el sello 'Palacio de la Música'. “En el sello Palacio no me quejo por la promoción, pues fue muy buena. En Palacio me daban 2 bolívares por Lp y medio (0,25 céntimos de Bolívar) por 45 rpm. Recuerdo que Ernesto Ahue, gerente de la disquera compró también el sello Seeco, en cuyo catálogo estaba la Sonora Matancera.

En cuanto a otros sellos grabé con Velvet, con La Discoteca, grabé con Discomoda, con el sello Palacio originalmente. Con el sello Orbe fueron discos sacados por su cuenta. Eran sellos que sacaban las copias. El Palacio de la Música le hacía producciones también al sello Fuentes, de Colombia. Las producciones de Palacio las sacaba Fuentes.

Yo grabé con el sello Federico, porque Freddy León me dijo “Federico (ya estaba cayéndose un poco la salsa) por qué no aprovechas de grabar por tu cuenta? Yo te pongo los contactos, el costo, cuánto sale por grabar el Lp en la fábrica”… me puso en contacto con eso y yo me retiré del Palacio y grabé dos Lp's con el sello Federico; uno se llamaba “mejor que nunca” y el otro fue “Psicodélico con salsa”.

El que distribuía y hacia la promoción era Rojitas, (José Antonio Rojas) mi trombonista, que es el actual trombonista de la Dimensión Latina y yo me lo traje de El Clavo, de una procesión. (Rojitas, nacido en la costa central de Barlovento, Miranda, había estudiado con Bandas Militares) Él tocaba trombón de pistón y me dijeron:

“Mira, ese es buen trombonista”, y me lo llevé para mi casa. Vivió en mi casa, se casó en mi casa, y él me hizo la promoción con esos dos discos de mi sello, luchando contra los monstruos de esas casas disqueras que tenían como 100, 200 producciones. Y Rojitas y yo con esos dos discos en la maleta del carro...”

Otro músico importante en el Combo de Federico fue el arreglista y trompetista Eduvigis Carrillo. “Eduvigis fue gran trompetista. Tocó en Bandas Marciales. Tocó con Billo Frómeta y fue arreglista (nada menos que) de Leonardo Pedroza y sus Caciques. Era el arreglista de todos los artistas que iban a Radio Difusora Venezuela, que era “la matica” en ese tiempo, donde se reunían todos los músicos y Eduvigis era el arreglista estrella para el que quería arreglos para su grupo.

Yo lo tenía consentido, lo llevaba para mi casa, le daba para que me hiciera arreglos. Junto con Roberto Monserrat éramos siempre los 3 para arriba y para abajo. El triunfo fue rápido. A Eduvigis me lo llevé para Cartagena; ya tenía cáncer en la garganta. Lo trataron en el Hospital Universitario de Caracas.

Ya no hablaba sino por señas y yo me lo llevaba para Curazao y para Cartagena de Indias. Era nuestro papá, Eduvigis, siempre con su mismo flucecito. Eduvigis fue también arreglista de la Sans Soucí, de Víctor Pérez y Rafa Galindo”.

PaoPao

¿Y Phidias? ¿Quién llegó a quién?

“Phidias Danilo Escalona era quien tenía el programa 'Llegó la hora de la salsa, el sabor y el bembé' por Radio Difusora a las 12 del día. Pero él tenía estrecha relación con el viejito Piña, porque el viejito Piña era el que le daba todas las promociones, todo lo que llegaba de Nueva York, que lo reproducía el Palacio de la Música, porque que de allá de Nueva York le mandaban las carátulas, las transparencias, los negativos y el Palacio lo que hacía era reproducir porque le mandaban todo: Fania, Tico, todo, y Ernesto Ahue tenía contacto directo con Nueva York y se la pasaba metido allá. Tenía una relación casi como de hermanos con Jerry Masucci.

El Palacio de la Música quedaba antes en la avenida Baralt, frente a Extranjería, y a dos cuadras quedaba Radio Difusora Venezuela. (Dato de ubicación geográfica muy importante)

Con Phidias, como tenía ese programa, era un contacto directo. Él hacía sus bailes y siempre me contrataba, pero casi nunca me pagaba. Cada vez que había una verbena de Salsa eso era un llenazo. Imagina: “Los Dementes” y “Federico”; y Phidias organizaba hasta parrillas.

Phidias y Federico. I Foto: Cortesía

Phidias promocionaba casi todos los grupos y temas del Palacio de la Música. Y fue quien impuso la palabra Salsa en Venezuela y yo me hice, me dicen el pionero de la Salsa porque por casualidades de la vida  le puse a mi disco “Llegó la salsa” como le pude haber puesto llegó el sabor, llegó el bembé, pero por fortuna incluí la palabra en mi primer LP “Llegó la salsa”.

¿Llegaste a viajar a Europa con el Combo Latino?

“Noooooooo. Apenas viajé a Curazao y a Cartagena de Indias porque no hacía falta, porque el centro salsero en esa época era Venezuela, Caracas y La Guaira, el terminal de pasajeros, Hotel Ávila. El centro salsero era Venezuela. Todas esas orquestas de Puerto Rico y Nueva York y de las islas querían tocar en Venezuela. Eramos  centro mundial. Así que nada de viajar al exterior”.

Voces y temas

Dicen que la Santísima Trinidad eran Federico y su Combo Latino, el Sexteto Juventud y Los Dementes… “¡Claro! Éramos los grupos del momento. Esas grandes verbenas, “Mano a mano de Federico y los Dementes, Perucho Torcat y Los Dementes. Tocábamos en todos los clubes, el club del Banco Nacional de Descuento, Club Paraiso, la Casa Guárico,  eran espacios grandes. Acompañábamos a Justo (Betancourt), a Celia, era una vida feliz, chévere”.

En cuanto a los vocalistas que han pasado por el Combo, Federico Betancourt apunta: “Aparte de Carlín Rodríguez y Dimas Pedroza, con impacto tremendo por ser los primeros y los más emblemáticos en esos inicios, estuvieron además Canelita Medina (La única mujer en grabar con el Combo), Watussi, Vladimir Lozano, que grabó primero conmigo, Joe Ruiz, el Chino Suárez, Edgar “dolor” Quijada, Johnny Ramos, Pepe Acosta, (Johnny Ramos fue el que pegó El Culucucú con Porfi Jiménez, pero fue primero cantante mío), el negrito Calaven, Don Wicho, Memo Morales, que lo sacaron de Los Solistas. Entonces hice Federico y su orquesta y los cantantes fueron Memo, el Chino Suárez y Johnny Ramos.

Tapa del libro publicado sobre Federico Betancourt. I Foto: Cortesía

"Yo nunca busqué cantantes. Todos me los llevaban a la oficina en Quinta Crespo y yo los ponía a grabar en los LP que hice”. Y en cuanto a éxitos, han sido muchos: Cocolía, Abicú, Maína, Señor Gallo, Pao Pao, Besos Brujos, No le digan, Pancho y Ramona, Canción de la serranía, Lamento del carretero, El cumbanchero.

En México lo distinguieron con un Doctorado Honoris Causa y muy recientemente José Luis Basulto, de Cuba, y Gherson Maldonado, de Venezuela publicaron el libro “La Salsa de Federico y su Combo Latino”, texto que comienza a moverse y habrá que leer.

En pocas semanas llegará a 82 años de vida y alegría, mandando.

“Y bueno...¿qué más”.


Comentarios
0
Comentarios
Nota sin comentarios.