El golpe de Estado que retiró del poder a Robert Mugabe, presidente de Zimbabue durante 37 años, dejó a Emmerson Mnangagwa al mando y en incógnita al país africano, sobre un futuro político que apunta hacia unas elecciones presidenciales en 2018.
La Constitución zimbabuense establece que antes de septiembre del próximo año deben realizarse unos sufragios tanto presidenciales como parlamentarios, que según Mnangagwa, se realizarán sin falta.
"La paz y la armonía deben caracterizar nuestra relación antes y después de las elecciones democráticas en 2018", manifestó el exvicepresidente. “Estas elecciones se celebrarán, según lo previsto".
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— Reuters Latam (@ReutersLatam) 24 de noviembre de 2017
Sin embargo, el Parlamento tiene la facultad de votar su destitución, tal como pensaba hacer con Mugabe, antes de que se hiciera pública la renuncia del mandatario, hasta entonces, más longevo del mundo con 93 años.
"No debemos ser rehenes de nuestro pasado"
En sus primeras palabras como jefe de Estado, Mnangagwa apostó por un discurso conciliador en el que se refirió al futuro de su patria. Prometió que gobernará para todos, sin distinción de raza, religión o afiliación política.
"No debemos ser rehenes de nuestro pasado", recalcó ante un repleto Estadio Nacional de Deportes en Harare (capital), que cantó y ovacionó a los responsables del primer traspaso efectivo de poderes que vive Zimbabue en casi cuatro décadas.
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En el Estadio Nacional de Harare, con capacidad para 60.000 personas, Mnangagwa fue recibido con 21 salvas de honor y por los aviones de combate y helicópteros de las Fuerzas Aéreas mientras la radio estatal hablaba del "amanecer de una nueva era".
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— Audrey Chimwanda (@AudreyChimwanda) 24 de noviembre de 2017
“Somos testigos del comienzo de una nueva democracia en desarrollo”, dijo el dignatario de 75 años el miércoles a su regreso al país, dos semanas después que su destitución por su antiguo mentor Robert Mugabe provocara la caída del propio presidente.
¿Qué sucederá ahora con Mugabe?
Una de las interrogantes que restan todavía no ha sido aclarada en su totalidad, de manera oficial, aún cuando los militares retiraron el arresto domiciliario que mantenían sobre el independentista zimbabuense.
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Desde que fue retirado del poder Mugabe ha sido visto en pocas ocasiones en público, y ahora que renunció al cargo su silencio ha sido mayor, lo que eleva el misterio sobre el tema.
Ahora ya no cuenta con inmunidad jurídica, aunque no se espera que ejerzan cargos en su contra. Incluso el líder de la oposición, Morgan Tsvangirai, aboga porque se le permita "ir y descansar el resto de sus días".
Medios aseguran que podría tomar la opción del exilio en países como Suráfrica, donde tiene varias propiedades, o Singapur, adonde viaja desde hace una década con asiduidad para recibir tratamiento médico.
Hasta los momentos ninguno de las naciones se ha pronunciado al respecto.