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  • Durante el acto fueron soltadas al aire palomas blancas como símbolo de paz.
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    Durante el acto fueron soltadas al aire palomas blancas como símbolo de paz.

    Foto: 1/1 Reuters
La ciudad de Hiroshima fue escenario del primer bombardeo atómico de la historia. El presidente estadounidense Harry Truman ordenó que el 6 de agosto el avión Enola Gay lanzara sobre esta ciudad japonesa la bomba "Little Boy".

Precedente de un desastre

El 6 de agosto de 1945, cuando había terminado la Segunda Guerra Mundial, una bomba de uranio llamada "Little Boy" (niño pequeño) fue lanzada por el mítico avión estadounidense Enola Gay sobre Hiroshima (Japón), causando la muerte de más de 100 mil personas, además de destruir la ciudad.

"Si no aceptan nuestras condiciones pueden esperar una lluvia de destrucción desde el aire como la que nunca se ha visto en esta tierra", declaración hecha por el Presidente estadounidense Harry Truman, 16 horas después desde Washington D.C. incitando al gobierno Japonés a la rendición, pero bajo amenaza.

Cambio de historia

Aunque Estados Unidos alega que el objetivo de este acto genocida fue la rendición rápida e incondicional de Japón, en esa fecha el gobierno nipón estaba derrotado y Alemania, su principal aliado, ya había capitulado, por lo que hay versiones que indican que lo que se buscaba era probar la intensidad del material explosivo y los daños que podría causar en humanos. 

Por esta acción estadounidense 70 mil personas fallecieron de forma instantánea,120 mil japoneses fallecieron y alrededor de 360 mil personas resultaron heridas. Gran cantidad de víctimas sobreviviventes presenta variaciones y mutaciones genéticas debido a la radiación a la cual estuvieron expuestos. 

La adelfa es la flor oficial de la ciudad de Hiroshima, ya que fue la primera en florecer de nuevo después de la explosión de la bomba atómica en 1945.

Los percances biológicos y anatómicos, persisten en la población japonesa hasta nuestros días. 

 

Keiko Ogura tenía 8 años recién cumplidos cuando ese 6 de agosto a las 08H15 de la mañana local cuando la bomba cayó sobre su ciudad y acabó con la vida de unas 160 mil personas.

Nunca antes se había visto un nivel de destrucción parecido por una sola bomba. La ciudad quedó arrasada.

"Fue como un fuerte terremoto, pero tras el estruendo llegó el fuego. No se me van de la cabeza los gritos de la gente pidiendo ayuda en medio de la destrucción", relata esta mujer menuda.

Fotogalería

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Consecuencias

Se calcula que en Hiroshima desaparecieron cerca de 20 mil edificios y casas al instante. La temperatura fue tan alta que hasta el esqueleto de acero se derritió. Y el 50% de las víctimas civiles en Hiroshima murieron entre la semana 2 y 12 después del estallido.

Otras consecuencias a largo plazo de la bomba atómica estadounidense en Hiroshima han sido: anemia, leucemia, tumores malignos, deformaciones físicas y mutilaciones, graves trastornos psíquicos y alteraciones de la conducta social.

Además también han causado: trastornos del crecimiento, envejecimiento prematuro, ceguera, daños en el sistema nervioso central, abortos, importantes taras psíquicas y físicas entre los recién nacidos, entre otros muchos problemas de salud.


El ataque contra Nagasaki


El 9 de agosto de 1945, el gobierno de Estados Unidos decidió arremeter nuevamente contra territorio japonés: esta vez era el turno de Nagasaki, localidad portuaria ubicada al suroeste del país. Durante la mañana de ese día jueves, el Bock’s Car, un bombardero B-29 de la fuerza aérea estadounidense, dejó caer sobre Nagasaki un proyectil atómico con una potencia explosiva de unas 20 mil toneladas de dinamita. 

A 560 metros del suelo, la bomba atomica “Fat Man” (hombre gordo) estalló a las 11H02 de la mañan. 

El epicentro de la explosión atómica un kilómetro cuadrado en torno al distrito industrial del norte, quedando desintegrado totalmente debido a los tres mil grados de temperatura, incluyendo una iglesia católica que resultó derretida. 

 

Golpe letal

La destrucción de viviendas y edificios también fue completa. Posteriormente a la bomba se levantó un viento de mil 500 kilómetros por hora que arrancó las casas del suelo, arrastrando árboles, almacenes, etc.

Nagasaki fue el golpe letal y definitivo contra Japón liderado por Estados Unidos.

A causa de la bomba atómica murieron en Nagasaki 70 mil personas al instante, que con el paso de los días ascendió a 170 mil por las quemaduras o enfermedades radioactivas.

El número de heridos fue de 60 mil, quedando destruidos el 70 por ciento de los edificios.

Galería  

Hiroshima y Nagasaki a siete décadas de la bomba atómica

 


En la actualidad

En el hospital de Nagasaki, que empezó a funcionar en 1969, los fallecidos por cáncer representaban, hasta marzo de 2014, un 56 por ciento del total.

Según la Cruz Roja internacional, la incidencia de leucemia entre los sobrevivientes de los bombardeos fue entre cuatro y cinco veces mayor que el de las personas no expuestas a radiación durante la primera década, y disminuyó posteriormente.

Además, los niños de menos de 10 años que fueron expuestos a la radiación en 1945 padecieron más tarde un tipo de leucemia que normalmente se da en personas de edad avanzada y con un índice cuatro veces mayor que el de la media.

Por otro parte, los efectos psicológicos de los bombardeos siguen afectando incluso a los supervivientes que no han tenido secuelas físicas.

Algunos de los trastornos más comunes incluyen la inestabilidad psicológica, la depresión y el estrés postraumático.

"Esta conmemoración nos recuerda las consecuencias humanitarias indiscriminadas que tienen las armas nucleares", denunció Tadateru Konoé, presidente de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja.

La Cruz Roja calcula que 200 mil sobrevivientes de los bombardeos atómicos siguen aún con vida.


¿Era necesario lanzar la bomba atómica contra Hiroshima y Nagasaki?

Harry S. Truman autorizó el lanzamiento de una bomba atómica sobre la localidad japonesa de Hiroshima y Nagasaki hace 70 años.

"La usamos para acortar la agonía de la guerra, para salvar las vidas de miles y miles de jóvenes estadounidenses", fue la justificación del presidente estadounidense tres días después del ataque a Hiroshima, en un mensaje transmitido el día del lanzamiento de una segunda bomba sobre la ciudad de Nagasaki.

En la actualidad ninguna personalidad del mundo ha tomado tal decisión, los pocos sobrevivientes que lograron de una forma u otra salir ilesos de las bombas atómicas jamás considerarán justificable un hecho de tal magnitud que ocasionó una destrucción total en Japón. 

“No hacía falta golpearlos con esa cosa horrible", dijo años después, Dwigth Eisenhower, en aquel entonces máximo comandante de las fuerzas aliadas en Europa y eventual sucesor de Truman en la Casa Blanca (sede de Gobierno estadounidense).


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