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Más de cien jóvenes han sido heridos en los actos de represión en el punto de Aures, puente del Sena.

Más de cien jóvenes han sido heridos en los actos de represión en el punto de Aures, puente del Sena. | Foto: Prensa Latina

Publicado 18 mayo 2021



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Brutal represión deja tres jóvenes asesinados, 30 heridos y numerosos detenidos.

Durante todo el Paro Nacional, que el lunes 17 de mayo llegó a su vigésimo primer día, el pueblo del municipio de Yumbo ha sido ejemplo de resistencia pacífica y masiva y de respaldo consciente a la protesta, con la parálisis de la zona industrial.

Pero el éxito del paro en Yumbo puso furioso al régimen de Iván Duque que desató desde la medianoche del domingo 16 de mayo y las primeras horas del lunes 17 una feroz represión con su policía contra diversos puntos de la resistencia popular, principalmente en los sectores de La Estancia y Comfandi, represión que luego se expandió a toda la ciudad.

La violencia oficial se prolongó durante 24 horas, pues llegada la medianoche del martes 18 de mayo se seguía experimentando el terror policial, que dejó tres jóvenes asesinados a balazos, 30 heridos, la mayoría con armas de fuego, y numerosos detenidos.

Durante todo el día y la noche se produjo un incesante asedio y ataque de la policía que obraba como fuerza de ocupación en avenidas y barrios contra la población, incluso con francotiradores desde la llamada Mega Estación, a pesar de lo cual la comunidad movilizada no cedió, siguió en las calles y se enfrentó a las fuerzas coercitivas del Establecimiento, 

Las personas asesinadas fueron identificadas como Maicol López Cano, de 32 años de edad; Michael Joan Vargas López, de 23 años, con heridas de bala en la cabeza, y Jhon Alexander Yotengo Chagüendo, de 21 años.

Rodrigo Vargas, defensor de derechos humanos de Yumbo, quien fue víctima de la represión y fue lesionado también por la policía, reveló el siguiente primer listado de heridos en las primeras horas del lunes: Reinaldo Manzano, Alejandro Cárdenas, José Wilmer Valencia y Andrés Cerón.

Luego, el Hospital La Buena Esperanza confirmó que allí fueron atendidos con heridas causadas con armas de fuego las siguientes personas: Héctor Manuel Vargas, Néstor Julián Bermúdez, Jarry Alejandro Bermúdez, Nicolás Peñuela Salazar, Sebastián Mosquera, Ronald Alexis Llantés Sánchez, Johanson David Preciado, Harold Yesid Medina Borrero, Daniel Andrés Ramos Domínguez, Aníbal Armando Solarte Méndez, Nicolás Arroyo Moreno y Cristian Andrés Muñoz Rendón.

En video difundido desde la entrada al hospital de Yumbo en horas de la madrugada del lunes, Armando Solarte dijo que fue herido por la policía frente a su propia casa.

Heridos con arma blanca fueron atendidos en el Hospital La Buena Esperanza los ciudadanos Jaime Ángel Cabal, Víctor Manuel Rodríguez, Jean Carlos Villanueva Mesa, Brayan Alexander Guzmán y Steven Lenis.

Intoxicados con gases lacrimógenos llegaron al hospital Lesly Yulieth López, Angie Tatiana Vasco Arango y Cristhian David Acevedo.

Otras personas heridas fueron Jorge Alberto López, Óscar Payán y Miguel Amézquita.

El Equipo Jurídico y Humanitario 21 N informó que nueve jóvenes que habían sido detenidos en horas de la mañana del lunes fueron dejados en libertad luego de sus gestiones ante instancias judiciales.

Defensores de derechos humanos denunciaron que el joven Brayan Sti Parra, de 19 años de edad, fue detenido por la policía en el sector de Ecopetrol y se encontraba desaparecido.

*REPRESIÓN Y MANIOBRA JUDICIAL*

La brutal agresión de este lunes se enmarca en la fracasada estrategia del régimen de Iván Duque de levantar a sangre y fuego los plantones pacíficos de resistencia en el municipio, en correspondencia con los intereses de los grandes comerciantes de combustibles empresarios de la zona.

Estos interpusieron una acción judicial en tal sentido ante el Tribunal Contencioso Administrativo del Valle, que decretó unas medidas cautelares que están siendo utilizadas como telón de fondo por los represores.

Sin embargo, el pueblo de Yumbo, organizado en el Comité Municipal del Paro y en varios colectivos en cada uno de los puntos de resistencia juvenil y popular, continúa en la protesta, a pesar de la agresión policial.

Y en medio de esta oleada represiva que en el Valle del Cauca deja ya 33 personas asesinadas, la mayoría por balas oficiales, según documentación de defensores de derechos humanos y juristas, renunció al cargo de comandante de la Policía de Cali, general Juan Carlos Rodríguez Acosta.

La renuncia, aparentemente sorpresiva, puede tener detrás el fracaso de Rodríguez Acosta, derrotado por la juventud caleña, que en estos 20 días del paro ha multiplicado los puntos de resistencia en los barrios populares de Cali.

*EN EL RESTO DEL VALLE DEL CAUCA*

En otras ciudades del departamento del Valle del Cauca, como Buga y Tuluá, la juventud, con respaldo de amas de casa, personas mayores, sindicatos y otras expresiones de la lucha popular, ha venido desarrollando una resistencia persistente para evitar que los plantones pacíficos sobre las vías de destino al puerto de Buenaventura sean despejados por la policía y el ejército, que procuran romper el paro.

En desarrollo de ese objetivo, por el que pugnan los dueños del multimillonario comercio internacional colombiano, el Esmad de la policía, respaldado por el ejército, ha estado a lo largo los días del paro reprimiendo de todas las formas a la comunidad de Buga, de manera especial a la ubicada en inmediaciones de las carreteras que conducen a Cali y Buenaventura.

Más de cien jóvenes han sido heridos en los actos de represión en el punto de Aures, puente del Sena.

En Tuluá, Cartago y otros municipios del Valle del Cauca han seguido el ejemplo de resistencia de Cali y Yumbo, y en varios persisten también los plantones juveniles, a pesar de la represión y la brutalidad policial.

Por eso, también derrotado por la perseverancia del pueblo, Duque ordenó en la noche del lunes 17 de mayo más represión, militarización de Yumbo y demás puntos neurálgicos del departamento.

Como complemento de la violencia oficial, continúan operando las bandas de paramilitares, mezclados con policías de civil y delincuentes contratados por “la gente de bien” para que disparen desde motocicletas y camionetas Toyota blancas contra los puntos de concentración de los jóvenes y el pueblo.

Está en marcha la venganza del régimen uribista de Duque contra las comunidades, y por eso ordenó despejar plantones ciudadanos a sangre y fuego, como quiso hacer en Yumbo.

Pero no contaba con la valerosa resistencia del pueblo, que lo único que tiene para perder es el miedo, y por eso continúa en calles y carreteras.

El Paro Nacional pica y se extiende. Hoy llega a su vigésimo primer día.


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