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Los fondos robados por los sectores económicos privilegiados permitirían empezar a hacer justicia a las grandes mayorías trabajadoras.

Los fondos robados por los sectores económicos privilegiados permitirían empezar a hacer justicia a las grandes mayorías trabajadoras. | Foto: El Nuevo Día

Publicado 22 febrero 2022



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Los fondos federales deben asignarse a aumentar los salarios y a respaldar los servicios esenciales del pueblo de Puerto Rico.

El Gobierno colonial de Puerto Rico obtuvo 30 billones de fondos federales en un solo año, pero aun así intentaron negarle salarios justos a nuestros empleados públicos. Quieren pagar primero una deuda pública que ellos mismos generaron y que nunca auditaron.

Esta realidad política no es nueva. La alianza del bipartidismo colonial PNP-PPD (Partido Nuevo Progresista-Partido Popular Democrático) ha mantenido con salarios de hambre a la espina dorsal de nuestro pueblo trabajador durante décadas. Se trata de un sector politiquero, corrupto y elitista, que utiliza el erario para enriquecerse. Atrás quedaron los años del genuino compromiso con el servicio público, desde hace más de medio siglo.

Politiquero: porque se han dedicado a disimular sus verdaderas intenciones, escondidas detrás de un gabán y una corbata. También se han caracterizado por una retórica religiosa hueca e hipócrita del “así lo quiera Dios”, mientras nos roban hasta los clavos de la cruz. Hay algunos que dan hasta ganas de reír con su falsa religiosidad que nadie les cree.

Esa humildad ensayada y/o la agresividad macharrana de otros estilos que también rayan en el ridículo, son los recursos de oratoria predilectos de estos bandidos de cuello blanco. Otros ganchos publicitarios son sus aburridos discursos autoritarios y llenos de mentiras, que son las otras tácticas que utilizan estos bufones modernos.

Corruptos: porque se han dedicado a robar a manos llenas durante más de medio siglo, de manera descarada y detrás de una superficial fachada de honestidad ya sin credibilidad. Estos personajes han venido al Gobierno a aprovecharse de su investidura para llenarse sus bolsillos y los de sus amigos del alma. Son los mismos que quieren privatizar el Gobierno para robar, con su letanía neoliberal.

Por eso, la enorme cantidad de fondos públicos derrochados por corrupción es inconcebible. Esta se ha estimado en más de 1.000 millones anuales. La escandalosa cifra billonaria está avalada por 632 convicciones federales -todas vinculadas al PNP y PPD- solamente del 2008 al 2019. Más de 20 alcaldes del bipartidismo han sido condenados por corrupción en ese tiempo.

Mientras tanto, el Departamento de Justicia del Estado Libre Asociado (ELA) se ha convertido en parte del problema por la politiquería colonial. Este factor explica por qué no se han encausado legalmente de forma masiva los corruptos en nuestros propios tribunales. Sin embargo, ahora se ensañan contra la aguerrida Representante del Movimiento Victoria Ciudadana, Mariana Nogales, con el mantra de que “todos somos corruptos”. Se le ve la costura a la demagogia partidista tradicional.

Elitista: porque estos engreídos individuos dedicados al multimillonario negocio partidista PNP-PPD consideran al pueblo trabajador un sector social inferior y desechable. Se creen superiores, porque nos cogen de tontos cada cuatro años, con vanas promesas que se las lleva el viento, pegajosas cancioncitas y un torrente de anuncios manipuladores.

Solo cuando cometen el error de chatear sinceramente, creyendo que nadie los podrá leer, nos enteramos de sus verdaderas intenciones y podredumbre moral. También cuando se le zafan frases que los delatan, ante la presión de efectivas protestas sociales masivas. En resumen, la politiquería, la corrupción y el elitismo van de la mano en nuestro país. Tienen nombre y apellido: PNP-PPD.

Ha llegado el momento de pasar de la protesta en la calle a la propuesta, de manera que sigan apareciendo los fondos escondidos. Hay todavía mucha grasa que cortar y billonarias contribuciones sin pagar de los sectores económicos privilegiados -como las billonarias farmacéuticas y tiendas multinacionales- que permitirían empezar a hacer justicia social a las grandes mayorías trabajadoras.

En verdad, las prioridades del Gobierno colonial están invertidas al apoyar pagarle primero los 10.000 millones de dólares, que aprobó la Junta Dictatorial “made in USA”, a sus socios y jefes bonistas buitres. Esos fondos debieran asignarse a aumentar los salarios y a respaldar todos los servicios esenciales del pueblo. Solo así se podrán enderezar nuestras prioridades como sociedad.

Sin embargo, estas sanguijuelas politiqueras subestiman y denigran con su maltrato a todos los trabajadores y no lo podemos seguir permitiendo. La unidad en la acción del pueblo y la solidaridad entre las personas de buena voluntad, nos permitirá próximamente seguir alcanzando importantes victorias ciudadanas, pero no bajemos la guardia. ¡Estos corruptos no juegan limpio!

Así también iremos creando las condiciones necesarias para organizar y consolidar una alianza de país de los que luchan todos los días, más allá de las tribus partidistas. Esos que se sacrifican por mejorar sus condiciones de vida y que alimentan diariamente la esperanza de nuestra nación puertorriqueña, camino a las elecciones de 2024.


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