Desde la revolución neoliberal de los ‘70, el Estado comenzó a perder paulatinamente su rol como agente hegemónico en las relaciones económicas internacionales. El lugar que otrora ocuparon éstos, era sustituido por el papel de las empresas transnacionales, ganando la batalla el interés privado de una minoría sobre el interés público de las grandes mayorías.
En América Latina, fueron las empresas transnacionales –de capitales foráneos- las que se convirtieron en los principales actores protagonistas de estas relaciones. Sin embargo, desde comienzos del siglo XXI y acelerado en los últimos años, cada vez tienen un rol más protagónico las denominadas multilatinas o translatinas.
Pero, ¿qué son las translatinas? y ¿a qué obedece su rápida expansión en las últimas décadas?
Para responder a la primera de las cuestiones, tenemos que tener en cuenta el marco internacional en el que las nuevas relaciones económicas a nivel global han impulsado también en la región el proceso de globalización. Es a partir de este proceso de reconfiguración de las relaciones económicas internacionales y la expansión de las políticas neoliberales en el que surgen las empresas multilatinas. Éstas se definen como mega empresas, cuyo origen del capital se encuentra en algún país latinoamericano, y que ejercen su actividad económica priorizando la inversión puertas afuera sobre la reinversión en el país de origen. Esta inversión transfronteriza se da a partir de lo que conocemos como Inversión Extranjera Directa, y su novedad radica en que, históricamente, la región se ha caracterizado por ser receptora de este tipo de flujos, sin embargo, en el momento actual, vemos como se están moviendo importantes flujos de capitales productivos que cruzan las fronteras entre los países de la región, e incluso más allá de la misma.
Según los datos que aporta la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)[1], la internacionalización del capital latinoamericano y el auge experimentado en las últimas décadas por las empresas multilatinas, ha sido resultado de factores vinculados a las reformas económicas efectuadas en parte de los países de la región, la saturación de los mercados locales, la necesidad de diversificar riesgos, y principalmente, debido a la expansión de la dimensión financiera que ha facilitado el acceso de las empresas de la región a los mercados de capital tanto locales como internacionales.
Estas facilidades en el financiamiento no han afectado a todas las unidades productivas de igual manera, y los fondos se han canalizado hacia las más grandes, privando a las unidades de mediano y pequeño tamaño al acceso al crédito barato. Esto ha favorecido a la concentración empresarial, ya no sólo derivada de las diferentes capacidades de acceso al crédito de unas y otras unidades, sino que se ha debido a que las empresas más grandes se han hecho con la propiedad de las más pequeñas, produciéndose un fenómeno de fagotización en un desenfreno de fusiones y adquisiciones. Las empresas multilatinas son una realidad y se han convertido en el principal agente económico que condiciona y transforma la matriz de producción y el modelo de desarrollo regional.
Algunos datos de interés sobre el papel de las multilatinas
[1]CEPAL (2015). La Inversión Extranjera Directa en América Latina y el Caribe. http://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/38214/S1500535_es.pdf
[2] González Susana (2016). Acceso privilegiado a recursos naturales explica éxito de empresas translatinas: BID. La Jornada, México, 22 de mayo de 2016, p. 18. http://www.jornada.unam.mx/2016/05/22/economia/018n1eco?partner=rss
[3]https://rankings.americaeconomia.com/2016/multilatinas/