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El daño a la Amazonía ecuatoriana desde el supuesto derrame de Chevron ha sido extenso.

El daño a la Amazonía ecuatoriana desde el supuesto derrame de Chevron ha sido extenso. | Foto: Andes

Publicado 14 octubre 2015



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Los canadienses deben ahora contrarrestar la inevitable campaña de propaganda de Chevron mientras la batalla legal continúa.

 

El 4 de septiembre, la Corte Suprema de Canadá dictaminó que a los indígenas de la Amazonía ecuatoriana se les permita usar los tribunales canadienses para tratar (la palabra clave es "tratar") de recolectar US $ 9 mil millones en daños por parte de Chevron que se otorgaron en el Ecuador. Los canadienses deben ahora contrarrestar la inevitable campaña de propaganda de Chevron mientras la batalla legal continúa.

En 1993, el abogado estadounidense Steven Donziger y otros presentaron una demanda en Nueva York contra Texaco en nombre del pueblo cuya tierra y agua habían sido contaminadas durante un período de 26 años.

Un artículo de Bloomberg del 2011 señaló algo que puede fácilmente ser enterrado bajo todas las complejidades de la litigación: De 1964 a 1990, Texaco ejecutó "todas las operaciones de perforación, eliminación de residuos, y tramitación" en la región. Dieciséis mil millones de galones de desechos habían sido objeto de dumping.

Las víctimas habían organizado protestas contra Texaco desde 1986, de acuerdo con un informe detallado en ‘The Nation’. La litigación se  ha prolongado durante décadas, por lo que Chevron (que se fusionó con Texaco en 2001) ha afirmado cínicamente que la petrolera estatal de Ecuador, Petroecuador, es la principal responsable de la catástrofe. No se olvide  que el litigio se inició en 1993, justo después de que Texaco había pasado 26 años contaminando la zona.

Si en 1993 Texaco se habría visto obligado a defenderse en los Estados Unidos, había una muy buena oportunidad de que pierda. Texaco obviamente sabía eso, ya que pasó nueve años luchando desesperadamente para conseguir que el caso sea trasladado a Ecuador. En 2002, Chevron ganó esa batalla. Un tribunal de apelaciones de Estados Unidos dijo que el caso tendría que ser juzgado en Ecuador, pero el tribunal también hizo prometer a Chevron que pagaría cualquier fallo otorgado por el sistema judicial del Ecuador. Como ya habrán adivinado, había un vacío legal.

En 2013, la Corte Suprema de Ecuador confirmó la sentencia de los tribunales inferiores en contra de Chevron, pero concedió sólo US $ 9 billones en daños y perjuicios a las víctimas (la mitad de lo que los tribunales inferiores otorgaron). Para entonces Chevron había vendido casi todos sus activos en Ecuador y obligó a los abogados de las víctimas a perseguirlos por todo el mundo para cobrar.

Un año después, Chevron parecía haber cambiado de idea sobre Steven Donziger y sus clientes para siempre. Había demandado a Donziger y algunos de sus aliados ecuatorianos por chantaje.

En 2014, el juez Lewis Kaplan del Tribunal de Distrito de Nueva York concluyó (basado en evidencia ridículamente débil) que Donziger ganó un fallo en un tribunal provincial en Ecuador a través de medios fraudulentos. Ni siquiera se alegó que la posterior apelación y la decisión del Tribunal Supremo de Ecuador fueron ganadas a través del fraude. Aunque no lo ha intentado, Chevron aún puede intentar probar el fraude y reclamar daños y perjuicios en los tribunales ecuatorianos, donde, con fecha tan reciente como 2011, ganó un juicio a su favor. Sin embargo, Kaplan también dijo que todo el sistema judicial ecuatoriano es incapaz de resolver "casos de esta naturaleza" de manera justa.

Se puede descargar las 485 páginas del fallo de Kaplan del el sitio web de Chevron. Laradical condena de Kaplan de todo el sistema judicial ecuatoriano ayudó a que Chevronrompa su promesa de dejar que el poder judicial del Ecuador –al que Chevron había profusamente elogiado - resuelva el caso.

Una de las cosas sorprendentes reveladas por el fallo de Kaplan es que Chevron todavía no confía quelos tribunales estadounidenses se pronuncien sobre el fondo del caso. Para evitar la divulgación de documentos confidenciales sobre las operaciones de Texaco entre 1964 y 1990, Chevron basó su alegación en que todo el caso contra ellos era una "farsa".

Kaplan mencionó este cambio clave en la estrategia legal de Chevron en su fallo, pero no hizo ningún comentario sobre su evidente motivo. Por el contrario, Kaplan criticó a los acusados ​​ecuatorianos por responder a la decisión de Chevron mediante la búsqueda de un cambio de su estrategia. Chevron también maniobró su comparecencia ante un jurado, al abruptamenteretirar su demanda por daños y perjuicios.

Donziger, totalmente diferente a Chevron, se vio obligado a revelar varios años de sus archivos confidenciales del caso, registros bancarios, registros telefónicos y declaraciones de impuestos. Fue incluso forzado a revelar archivos personales desus computadoras que contenían un diario personal en el que reflexionaba sobre cosas como su matrimonio (ver páginas 24 a 29 del escrito de apelación). Kaplan inclusive citó el diario personal de Donziger en su fallo. Un cineasta también se vio obligado a liberar más de 600 horas de tomas de un documental (Crude), que simpatizaba con los clientes de Donziger.

Kaplan concluyó que la primera sentencia contra Chevron en Ecuador había sido escrita anónimamente por Donziger y algunos otros. A pesar del nivel verdaderamente orwelliano de acceso a la vida personal de Donziger que Kaplan concedió a Chevron, esta conclusión se basa - como el profesor Burt Neuborne lo explica- en la palabra no corroborada de "un ex juez ecuatoriano corrupto [Alberto Guerra] que fue removido del cargo por corrupción, y quien cínicamente ha enfrentado a ambas partes, una contra la otra, mediante la solicitud de sobornos para cada una, lo que culminó en el pago por parte de Chevron de aproximadamente US $ 2 millones en efectivo y valiosos beneficios adicionales".

Guerra se reunió con Chevron al menos 53 veces para ensayar su testimonio. Neuborne está trabajando para revertir el fallo de Kaplan a nombre de dos coacusados ​​de Donziger en el caso de "chantaje". Dos escritos de apelación de Neuborne, sucintamente demuelen el fallo de Kaplan.

Kaplan sostiene que las personas deshonestas a menudo se basan en exponer la corrupción. Cierto, pero sus narraciones deben dar lugar a algunas pruebas que las corroboren. Neuborne explicó que Kaplan "simplemente hizo caso omiso de pruebas concluyentes sobre la historia de Guerra".

Terrible como es el fallo de Kaplan en muchos sentidos, su condena radical del poder judicial de Ecuador es sin duda su característica más cómica. Si su análisis no tiene peso legal, uno podría dudar en dignificarlo con una respuesta. Kaplan se basa en un comentarista político que es profundamente hostil al presidente de Ecuador, Rafael Correa, en 250 artículos de periódicos ecuatorianos, y en algunos comentarios acalorados hechos por Donziger en los que se preocupa porque los jueces están siendo corrompidos por Chevron.

Es revelador que Kaplan concedió peso a la opinión de Donziger sobre los jueces ecuatorianos, pero no a la opinión de Donziger sobre Chevron. El gobierno de Ecuador señaló en un escrito de ‘amicuscuriae’ que, elcitar "250 artículos de opositores políticos al actual Gobierno habla más de las libertades que disfrutan los críticos del presidente que el mérito de sus críticas".

Rafael Correa, quien asumió el cargo en 2007, sin duda cambió el clima judicial en Ecuador, y ha animado a las víctimas en su lucha contra Chevron. Neuborne escribió. "Si el hablar claro de un Presidente o de un Gobernador sobre estos temas y el ejercer influencia política en la selección de los jueces, es suficiente para decir que todo un poder judicial es incapaz de administrar justicia imparcial de acuerdo al Estado de Derecho, los poderes judiciales de más de treinta estados  en los Estados Unidos que eligen a sus jueces, incluyendo Nueva York, serían ilegítimos". Agregó el simple punto que"no hay nada en la idea de fidelidad al imperio de la ley que garantice a Chevron un clima jurídico-corporativo amistoso".

Tal vez la repugnante injusticia de esta farsa legal sin fin se explica mejor con un experimento mental.Imagine un grupo vigilante que de alguna manera vierten dieciséis mil millones de galones de petróleo en todos los barrios donde viven los ejecutivos de Chevron. ¿Los ejecutivos tendrían que luchar durante décadas para que los culpables paguen por lo que hicieron?


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