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La Policía griega ha utilizado bombas de gas, cañones de agua, balas de plástico y convencionales para impedir el avance de los migrantes.

La Policía griega ha utilizado bombas de gas, cañones de agua, balas de plástico y convencionales para impedir el avance de los migrantes. | Foto: Agencia Anadolu

Publicado 12 marzo 2020



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Mientras un joven sufrió quemaduras de primer y segundo grado cuando le arrojaron agua hirviendo, otros tres refugiados fueron abatidos a tiros por la Policía griega.

Autoridades de Salud en Turquía informaron este jueves que han brindado atención médica a más de 2.300 refugiados en sus hospitales de campaña, debido a las agresiones que han recibido por parte de la Policía en Grecia, al intentar cruzar la frontera hacia ese país.

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El director de Salud turco, Ali Cengiz Kalkan, ha señalado que los principales problemas de salud que presentan los migrantes que atienden se deben a quemaduras por bombas de gas y cañones de agua, empleadas durante las incursiones militares griegas.

La situación es compleja, según declaró el propio Kalkan, quien explicó que los trabajadores de la salud están haciendo un gran esfuerzo para enfrentar un panorama humanitaria que los supera desde el primer día de la crisis.

Durante los primeros días de los enfrentamientos las ambulancias turcas sirvieron de clínica ambulatoria para realizar revisiones médicas y atender a los heridos, los que ya suman 186, de los cuales 14 son tratados en la Facultad de Medicina del Hospital Público Sultán Murad.
 
Mientras un joven sufrió quemaduras de primer y segundo grado cuando le arrojaron agua hirviendo, otros tres refugiados fueron abatidos a tiros por la Policía griega, la que ha utilizado balas de plástico y convencionales para impedir el avance de los solicitantes de asilo.
 
El Gobierno de Turquía ha anunciado que no será un impedimento para que miles de desplazados lleguen a la provincia de Edirne (noroeste), límite con Grecia y Bulgaria, dos posibles puertas de entrada hacia Europa.
 
El Estado turco asegura que no puede asumir una nueva ola de migrantes. En su país existe una comunidad siria que agrupa a 3,7 millones refugiados, más que en cualquier otro país del mundo, a lo que se suman alrededor de 1 millón en la frontera con Idlib, Siria.

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