El Gobierno de Jair Bolsonaro ha debilitado las políticas de fiscalización ambiental desde que asumió el cargo en 2019, dijo el MAB.
En Brasil de enero a diciembre de 2021, la pérdida de vegetación nativa en la selva amazónica representó un 10.300 kilómetros cuadrados, según informó el Instituto del Hombre y el Medio Ambiente de la Amazonía (Imazon) de Brasil.
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Este dato equivale a casi toda la ciudad de Manaus, y se considera el peor año de la década para el bioma (grupo de ecosistemas), en términos de devastación ambiental, según una encuesta de ese organismo brasileño.
La investigación, basada en imágenes de satélite constató que la deforestación ascendió en un 29 por ciento respecto a la reportada en 2020, en donde esta extensión boscosa ya había perdido la mayor superficie desde el 2012: unos 8.000 kilómetros cuadrados de destrucción.
La Amazonía brasileña tuvo su peor año de la década. El 2021, la deforestación creció 29% con 10.363 km² de selva nativa destruida entre enero y diciembre. El espacio perdido en un año es equivalente al territorio de Líbano. Los datos son del Instituto @Imazon. pic.twitter.com/AIdThfB9fZ
— André Vieira (@AndreteleSUR) January 18, 2022
El secretario ejecutivo del Observatorio del Clima, Márcio Astrini, quien forma parte de Imazon refirió que “los datos confirman lo que estamos observando en el país desde que Jair Bolsonaro fue elegido presidente”.
“Es un Gobierno que fomenta el crimen ambiental, que se ha declarado enemigo del medio ambiente, y es responsable de absolutamente todas estas cifras”, indicó Astrini.
��O @Imazon acabou de publicar os dados consolidados do #DesmatamentoNaAmazônia em 2021. E eles mostram que a floresta viveu seu pior ano em uma década, com 10.362 km² destruídos, o que equivale a metade de Sergipe. Leia mais em: https://t.co/DJxPhmWAxC pic.twitter.com/uGdf8a0ELj
— Imazon (@Imazon) January 17, 2022
Según el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (Inpe), de agosto de 2020 a julio de 2021, el bioma perdió 13.200 kilómetros cuadrados de vegetación, la mayor superficie desde 2006.
El ente gubernamental señaló que entre las consecuencias están “el cambio en las precipitaciones, la pérdida de la biodiversidad, la amenaza a la supervivencia de los pueblos y comunidades tradicionales y la intensificación del calentamiento global”, escribió en un informe.
⚠️�� Os crimes agravados pelas condições climáticas adversas, porém, se aprofundam quando o interesse da especulação imobiliária, da mineração, dos empreendimentos de geração de energia, de uma agricultura predatória e de outras inciativas que +https://t.co/vamZ5PVIHc
— MAB (@MAB_Brasil) January 11, 2022
Por otra parte, el Movimiento de Afectados por Represas de Brasil (MAB) valoró que el Gobierno de Jair Bolsonaro ha debilitado las políticas y equipos de fiscalización ambiental desde que asumió el cargo en enero de 2019.
Asimismo el colectivo militante denunció que el jefe de Estado brasileño incentivó las redes criminales que trabajan en la deforestación, utilizando prácticas violentas contra los defensores de los bosques.
����Medio ambiente destruido
— André Vieira (@AndreteleSUR) December 22, 2021
En los 3 primeros años del gobierno de Jair Bolsonaro, Brasil registró un aumento de 79% en la desforestación de áreas protegidas de la Amazonía. Según el Instituto Socioambiental, sólo en tierras indígenas hubo un incremento de 138% entre 2016 y 2018. pic.twitter.com/zY7ws5bs6Q
De acuerdo al especialista en monitoreo de la deforestación del Inpe, Juan Doblas, la pérdida de territorio amazónico ha tenido también como fundamento “una legislación que flexibiliza la regularización de grandes áreas ocupadas ilegalmente y deforestadas. Favorece y facilita la regularización de grandes superficies. Por otro lado, tenemos el desmantelamiento de los órganos de inspección, tanto estatales como federales”.