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Reino Unido advirtió que las actividades cada vez más agresivas de Rusia, China e Irán representan un desafío para las sociedades democráticas.

Reino Unido advirtió que las actividades cada vez más agresivas de Rusia, China e Irán representan un desafío para las sociedades democráticas. | Foto: Twitter @Political_Room

Publicado 5 mayo 2021



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Otro de los temas más importantes a tratar en la cumbre es la presencia y enorme influencia de China en el mundo.

El Grupo de los Siete (G7) inició sus reuniones este miércoles a nivel de cancilleres en Reino Unido, Londres (capital) de modo presencial desde hace más dos años, para dialogar sobre la Covid-19, la estabilidad política y financiera y las relaciones económicas con China.

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El país anfitrión, Reino Unido, advirtió que las actividades "cada vez más agresivas de Rusia, China e Irán" representan un desafío para las "sociedades democráticas y el estado de derecho internacional".

Los cancilleres debatieron este  miércoles cómo ampliar la vacunación mundial contra la Covid-19, presionados para aumentar la ayuda a países vulnerables como India, cuyo ministro tuvo que participar virtualmente en esta primera reunión presencial tras una posible exposición al coronavirus.

El ministro de Relaciones Exteriores de India y todo su equipo dijeron que se estaban autoaislando después de que dos miembros de la delegación dieron positivo.

Reino Unido es la sede de la reunión de tres días que ha sido ampliamente anunciado como una oportunidad para reiniciar la diplomacia cara a cara y una oportunidad para que Occidente muestre un frente unido contra las amenazas de China y Rusia.

India, que actualmente atraviesa el peor aumento mundial de casos de la Covid-19, asiste al G7 como invitado y debía participar en las reuniones el martes por la noche y durante todo el miércoles.

No obstante, el caso de China encabezó la agenda cuando los ministros de Relaciones Exteriores del G7 tratan de reafirmar su liderazgo global frente a la creciente asertividad de Beijing.

La pandemia de coronavirus y sus consecuencias geopolíticas significaron que el evento tuviera lugar en un mundo diferente en comparación con la última reunión del Grupo de los 7 en 2019, con el papel de China en ese mundo como una preocupación clave.

En consecuencia, fue el primer tema en la agenda del martes por la mañana y, en una señal de la importancia que las principales economías del mundo otorgan al tema, se le asignaron dos horas en comparación con 30 minutos para Myanmar y Siria y 90 minutos para Rusia.

Se esperaban pocos fuegos artificiales en un evento que ha tenido problemas incluso para aparecer en los titulares de los medios británicos locales.Existe la posibilidad de que los ministros de Exteriores de los países miembro lleguen a un acuerdo sobre que China sea un miembro integral del orden internacional siempre que cumpla las reglas de ese orden internacional.

Entre los invitados que no pertenecen al G7 se incluyó a Australia, India, Corea del Sur y la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, una lista que sugirió que los problemas del Indo-Pacífico estaban en el centro del evento.

El máximo diplomático de la Unión Europea, Josep Borrell, y el ministro de Relaciones Exteriores de Sudáfrica también se unieron al anfitrión del evento, el canciller británico Dominic Raab, y sus homólogos de Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón y Estados Unidos.

La reunión abre el telón de la cumbre de líderes del G7 en Cornualles en junio, catalogada por Noah Barkin, analista de Rhodium Group, como “la primera prueba real de unidad transatlántica en China”.


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