El candidato del uribismo Iván Duque fue elegido este domingo como el nuevo presidente de Colombia, tras obtener el apoyo de más de diez millones de colombianos, que representan el 53,98 por ciento de los votos.
Sus detractores lo señalan por su cercanía con el expresidente Álvaro Uribe Vélez, cuyo Gobierno estuvo marcado por unas políticas autoritarias y poco conciliadoras con la insurgencia, así como también una situación social muy negativa.
Ante esta situación, existe la interrogante en el pueblo colombiano sobre el regreso del uribismo al poder, tras ocho años de ausencia.
Cercano a Uribe, Duque ha mostrado estar de acuerdo con la postura uribista en relación a los grupos insurgentes existentes en el país. La etapa de Uribe Vélez estuvo condicionada por la ruptura del proceso de conversaciones entre el Gobierno y la insurgencia, así como con la entrada en una guerra de desgaste, expresada en el recurso del sabotaje y el terrorismo.
El recién electo mandatario ha expresado su desacuerdo con algunos puntos del Acuerdo de Paz con el que el grupo insurgente Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC) dejó la insurgencia y se incorporó a la vida política y social del país.
Para el analista político, abogado y defensor de derechos humanos, Luis Carlos Domínguez, el panorama para Colombia en los próximos cuatro años es desesperanzador.
“Lo desesperanzador de los resultados de hoy en Colombia es que agudizará los problemas del conflicto armado en el país; tanto Duque como su equipo hablaron abiertamente sobre estos aspectos y simplemente va a agudizarlo", afirmó Domínguez.
La postura de Duque ha sido criticada por quienes aprueban los acuerdos y ven en ellos la oportunidad de alcanzar la paz en Colombia.
no vamos a permitir que el uribismo acabe con el medio ambiente ni que quite derechos y libertades a las minorías, ni que hagan una corte de bolsillo y nos quieten la tutela para que las eps nos maten, ni que vuelvan trizas los acuerdos de paz, les vamos a decir que NO
— Silvana Lemus (@SilvanaLemus) 18 de junio de 2018
La elección de Ivan duque es la victoria del Uribismo;de la guardia pretoriana mas reaccionaria y criminal de la oligarquía colombiana.Muy difícilmente podrá mantenerse la seguridad de los acuerdos de paz y la estabilidad política en el próximo periodo¡El drama social continuara!
— J.J. Diaz (@JJDebate) 17 de junio de 2018
El analista sostiene que comenzará una "persecución" de los integrantes del partido que participaron en los acuerdos "y que están esperando que el Gobierno cumpla".
“Hablan de reformar el acuerdo de paz, un acuerdo que está depositado en Ginebra como un acuerdo paralelo internacional de acuerdo con el artículo tres de los convenios de Ginebra y que está depositado en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y que es parte de la Constitución Nacional”, señaló el analista.
Asimismo, el nuevo mandatario deberá asumir el diálogo con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), que se encuentra en su quinto ciclo en La Habana, Cuba.
Estas posturas hicieron que gran parte de la población rechazara a Duque y al uribismo y acercaron al pueblo a la postura progresista que planteaba Gustavo Petro, quien sumó más de ocho millones de votos.
Esto se aprecia en el hecho de que el excandidato presidencial, pese a no haber obtenido la victoria, fue respaldado por las poblaciones más humildes del país.
Los uribistas creían que iban a arrasar en estas elecciones, y no. Petro sacó 8 millones de votos, eso significa que se les está acabando la gasolina, Iván Duque será el último presidente del uribismo y de los mismos con las mismas.
— ¡Juan Psicólogo! (@JuanPsicologiaa) 17 de junio de 2018
En el 2022 vamos a cambiar la historia.
La diferencia de un millón de votos en Antioquia es una de las claves como en el referendum sobre los Acuerdos de Paz. Vuelve el Uribismo, el de la narcopolitica y los falsos positivos.
— Juan Ortega (@juanigortega) 17 de junio de 2018
A lo largo de su campaña, Petro mantuvo ideales firmes a favor de los sectores más pobres y los campesinos, con proyectos agrarios y centrar la economía productiva en la agricultura, además de potenciar a la clase media con el campesinado.
Sumado a eso buscaba una educación pública y gratuita para toda la población, potenciar el arte y la cultura con el conocimiento de las necesidades que pedía el pueblo abandonado de Colombia.
Domínguez indicó que con estos resultados el panorama también se agrava en el continente y vislumbra problemas inmediatos con Venezuela, Nicaragua, Bolivia y otros Gobiernos, considerados por Uribe y Duque como "ejes del mal".
El especialista recordó que Uribe, al terminar su mandato, expresó que no había bombardeado Venezuela porque no le había quedado tiempo, pero “ahora tiene cuatro años, por lo que Venezuela debería tenerlo muy presente".
“Estados Unidos desempeña un papel fundamental en las elecciones de los países que considera su patio trasero y cuyos Gobiernos como el de Santos son absolutamente funcionales a él y interpretará un papel fundamental durante los próximos cuatro años”, ratificó el analista.
>> Candidato del uribismo Iván Duque es el nuevo presidente de Colombia