Este domingo se cumplen 58 años de la Primera Declaración de La Habana, el documento con que la Revolución Cubana abrazó al mundo y sembró por todos los pueblos la huella de Fidel y el Che.
El 2 de septiembre de 1960, más de un millón de cubanos y cubanas, reunidos en Asamblea General Nacional, en la Plaza de la Revolución José Martí, aprobaron la Primera Declaración de La Habana, leída por el comandante Fidel Castro.
¿Qué es la Primera Declaración de La Habana?
Es un documento de nueve puntos, emanado por la Asamblea General Nacional del Pueblo de Cuba, en el que la Revolución Cubana enarbola su amor por la humanidad y su compromiso por la lucha de todos los pueblos, ante los ataques imperialistas y, en específico, tras la Declaración de San José, comandada por EE.UU.
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¿Cómo fue el contexto previo a la Primera Declaración de La Habana?
Con el objetivo de boicotear la economía de Cuba y atacar su Revolución, el Gobierno de Estados Unidos (EE.UU.) había cancelado en junio de ese año la compra de azúcar a la nación caribeña.
Ante la situación, la arremetida cubana fue demoledora: Fidel Castro nacionalizó las empresas estadounidenses radicadas en la isla.
La situación generó un nuevo ataque imperialista. A fines de agosto, EE.UU. convocó a 19 cancilleres latinoamericanos a una sesión de la Organización de Estados Americanos (OEA) en San José de Costa Rica, para emanar un documento condenando a Cuba, siendo esta reunión el inicio de la política de aislamiento y bloqueo económico contra la isla.
Del cónclave, surgió la Declaración de San José, que antes de someterse a votación, fue repudiado por el entonces canciller cubano Raúl Roa, quien denunció, en un recordado discurso, la mano de EE.UU. en esa agresión.
La respuesta del pueblo cubano a la OEA de Estados Unidos
La Primera Declaración de La Habana, leída por Fidel Castro en la Plaza de Revolución, ante más de un millón de hombres y mujeres revolucionarios, fue la respuesta de Cuba ante el ataque.
El documento político rechazó la declaración de San José, acusándola de atentar contra la soberanía y dignidad de "los pueblos hermanos del Continente". Además, patentó su apoyo a la Revolución Cubana y al Gobierno de Fidel y ratificó la decisión solidaria de Cuba de trabajar y luchar por América Latina y los pueblos pobres del mundo, sembrando en la región un profundo abrazo de lucha, compañerismo y amor latinoamericano y anti-imperialista.
Consecuencias de la Primera Declaración de La Habana
Luego de ese día, la isla rompió relaciones diplomáticas con Taiwán, reemplazándolas por la República Popular China. Asimismo, dentro del mismo documento, aceptó, agradeció y abrazó el apoyo de la Unión Soviética al país, en caso de que este fuese invadido por EE.UU.
Algunos extractos de la Primera Declaración de La Habana
La Asamblea General Nacional del Pueblo de Cuba:
La Asamblea General Nacional del Pueblo de Cuba condena, en fin, la explotación del hombre por el hombre, y la explotación de los países subdesarrollados por el capital financiero imperialista.
La Asamblea General Nacional del Pueblo de Cuba postula:
"La Asamblea General Nacional del Pueblo de Cuba proclama ante América el derecho de los pueblos a convertir sus fortalezas militares en escuelas, y a armar a sus obreros, a sus campesinos, a sus estudiantes, a sus intelectuales, al negro, al indio, a la mujer, al joven, al anciano, a todos los oprimidos y explotados, para que defiendan, por si mismos, sus derechos y sus destinos".
"La Asamblea General Nacional del Pueblo de Cuba expresa la convicción cubana de que la democracia no puede consistir sólo en el ejercicio de un voto electoral, que casi siempre es ficticio y está manejado por latifundistas y políticos profesionales, sino en el derecho de los ciudadanos a decidir, como ahora lo hace esta Asamblea General del Pueblo de Cuba, sus propios destinos".
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"La democracia, además, sólo existirá en América Latina cuando los pueblos sean realmente libres para escoger, cuando los humildes no están reducidos por el hambre, la desigualdad social, el analfabetismo y los sistemas jurídicos, a la más ominosa impotencia".
"La Asamblea General Nacional del Pueblo de Cuba reafirma su fe en que la América Latina marchará pronto unida y vencedora, libre de las ataduras que convierten sus economías en riqueza enajenada al imperialismo norteamericano, y que le impiden hacer su verdadera voz en las reuniones donde cancilleres domesticadas hacen de coro infamante al amo despótico".
"A esa voz hermana, La Asamblea General Nacional del Pueblo de Cuba le responde: ¡Presente! ¡Cuba no fallará! Aquí hay Cuba para ratificar, ante América Latina y ante el mundo, como un compromiso histórico, su lema irrenunciable: ¡Patria a Muerte!"
"La Asamblea General Nacional del Pueblo de Cuba resuelve: que esta Declaración sea conocida con el nombre de Declaración de La Habana"