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Tras el resurgimiento del conflicto hace cinco años unos 9.000 niños han sido reclutados por grupos armados en Sudán del Sur.

Tras el resurgimiento del conflicto hace cinco años unos 9.000 niños han sido reclutados por grupos armados en Sudán del Sur. | Foto: Unicef

Publicado 18 abril 2018



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Muchos niños soldados son torturados, mutilados o abusados sexualmente.

Doscientos siete niños soldados (112 niños y 95 niñas) fueron liberados el martes por grupos armados que operan en la comunidad rural de Bakiwiri, en el estado de Ecuatoria Occidental (suroeste de Sudán del Sur), informó Unicef.

En lo que va de año este es el segundo grupo liberado tras la mediación de ese organismo internacional. En febrero pasado 300 niños recobraron su libertad en la ciudad de Yambio. 

A finales de 2012, al menos cuatro mil infantes habían sido liberados y devueltos a sus familias. Sin embargo, tras el resurgimiento del conflicto hace cinco años unos 9.000 niños han sido reclutados por grupos armados. La mayoría de ellos provienen de hogares sumidos en la extrema pobreza.

Un espiral de violencia y pobreza 

Sudán del Sur es la nación más joven del mundo. El resurgimiento de la violencia ha empeorado la situación humanitaria. Miles de personas han huido hacia Etiopía, Kenia, Sudán y Uganda.

El colapso de los servicios básicos, el difícil acceso a los servicios de la salud, a una nutrición adecuada y ser reclutados como soldados son algunas de las calamidades que deben enfrentar los niños, denunció Mahimbo Mdoe, representante de Unicef el año pasado.

¿Qué secuelas deja el reclutamiento en un niño?

Muchos niños son torturados, mutilados, abusados sexualmente, mientras que otros padecen desnutrición. Las niñas suelen quedar embarazadas tras ser violadas. 

Foto: Unicef

Los traumas emocionales son inminentes. Muchos infantes son expuestos a actos violentos mientras que otros son obligados a cometerlos. Algunos de ellos han sido forzados a atentar contra su propia familia.

También deben enfrentar el rechazo y el estigma cuando se reinsertan en la sociedad. Al no poder ir a la escuela, tienen menos oportunidades para tener una mejor calidad de vida. 


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