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La conservación del medio ambiente constituye un pilar fundamental para asegurar la supervivencia de la especie humana y la del resto de seres vivos.

La conservación del medio ambiente constituye un pilar fundamental para asegurar la supervivencia de la especie humana y la del resto de seres vivos. | Foto: ACNUR

Publicado 5 junio 2023



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A medida que la industria avanza y la huella humana se extiende, el delicado equilibrio de la naturaleza, que permite la vida, se destruye.

La urgencia por preservar el medio ambiente se hace cada vez mayor, ante el continuo deterioro de la capa de ozono, la subida del nivel del mar y la emisión desmesurada de dióxido de carbono.

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A medida que la industria avanza y la huella humana se extiende, el delicado equilibrio de la naturaleza, que permite la vida, se destruye. Como advirtió el secretario de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, los impactos mortales del cambio climático están aquí y ahora. Las pérdidas y los daños ya no se pueden esconder debajo de la alfombra. Es un imperativo moral”.

En ese sentido, expertos destacan la necesidad tomar conciencia sobre la importancia ecológica de las acciones que se realizan, desde las grandes transnacionales y gobiernos contaminantes, pero también a partir de lo cotidiano, con el fin de legarle un mundo más sano a las próximas generaciones.

El primer paso puede surgir en el propio hogar con prácticas que, de realizarse mayoritariamente, supondrían un gran aporte para cuidar el entorno y la vida.

Reciclar todo lo que posible

Reciclar deviene una de las formas más eficientes de cuidar el medio ambiente. Los recursos del planeta se agotan y las sociedades de consumo hacen que se sobreexploten. Por ello, lo mejor es tratar de aprovechar lo más posible cada elemento.

Se pueden comprar cubos de basura especiales o hacer la separación de la misma en bolsas o cajas. Lo importante es clasificar los desechos para que los residuos reciclables tengan una segunda vida.

Ahorrar el agua

El agua es un bien tanto vital como escaso, y, como tal, se necesita reducir su desperdicio. Según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), alrededor de 2000 millones de personas en todo el mundo no tienen acceso a servicios de agua potable gestionados de manera segura.

Entre las acciones que se pueden tomar figuran: cerrar los grifos correctamente, controlar que no existan fugas, bañarse en menos de 10 minutos, no dejarla correr innecesariamente, aprovechar el agua de lluvia, cerrar la llave en el cepillado de los dientes, entre otras.

Aprovechar la luz natural y apagar las luces

Con el ahorro de energía, se contribuye a interrumpir el ciclo de contaminación del medioambiente, pues al usar menos combustibles, disminuye la emisión de gases a la atmósfera.

Para reducir el consumo de luz eléctrica, se pueden abrir las ventanas y subir las persianas, y de este modo aprovechar la luz natural, apagar las luces al salir de la habitación, así como usar bombillas de bajo consumo, que alumbran igual y poseen mayor durabilidad.

Evitar dejar los aparatos enchufados

El consumo de los aparatos eléctricos continuamente enchufados supone entre un 7 y un 10 por ciento del gasto eléctrico de un hogar medio.Cuanto más antiguo sea el dispositivo más luz consumirá, pues es probable que en el momento de su creación no existieran suficientes normativas de ecología.

Debido a esto, se deben desconectar todos los artefactos eléctricos al concluir su uso, así como utilizar regletas con un interruptor que se pueda apagar al dejar de hacer uso de los mismos.

Usar productos que puedan reutilizarse

Hay muchos productos que se pueden utilizar varias veces como, por ejemplo, las servilletas de tela en lugar de las servilletas de papel que se fabrican a partir de los árboles.

Por otra parte, antes de tirar ropa, libros o juguetes, se puede pensar en si tienen una segunda oportunidad para evitar consumir mayor cantidad de materiales. Lo mismo sucede con los platos y vasos plásticos, así como todos los objetos desechables que solemos comprar.

Llevar bolsas propias al supermercado

Cada vez son más los supermercados que venden las bolsas de plástico. El uso indiscriminado de este material es altamente perjudicial para el medio ambiente, pues de cinco a 12 millones de toneladas de plástico ingresan al océano cada año y amenazan a las especies.

Para evitar su uso y fomentar el reciclado, se deben llevar bolsas propias al supermercado y así utilizarlas varias veces.

Moverse en transporte público

La contaminación en las grandes ciudades proviene en gran medida de los automóviles. Al utilizar el transporte público para desplazarse se disminuye la cantidad de estos en las vías.

El trasvase de personas pasajeras del vehículo particular al autobús se traduciría en miles de toneladas menos de CO2 a la atmósfera.

Consumir frutas y verduras ecológicas

Los productos ecológicos cuidan el medio ambiente porque en su producción no se utilizan fertilizantes ni otros recursos contaminantes de la capa de ozono.

Asimismo, consumir alimentos cosechados en la región donde se reside también permite que los productos no deban recorrer grandes superficies en camiones que contaminan la naturaleza.

Plantar árboles

Los árboles son fuente de vida. Su uso para alimentarse, calentarse y construir un sinfín de objetos supone una explotación que, entre otros factores, dispara la deforestación y, con ella, la destrucción del hábitat.

Por esta razón resulta imprescindible sembrar nuevos de ellos en casa o en la comunidad donde se resida. 

Los llamados pulmones del planeta purifican el aire y contribuyen a regular el clima. Su importancia e impacto sobre el medio ambiente son de un valor incalculable.


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