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La concejal era relatora de la comisión creada para fiscalizar las operaciones policiales en el marco de la intervención militar en Río de Janeiro.

La concejal era relatora de la comisión creada para fiscalizar las operaciones policiales en el marco de la intervención militar en Río de Janeiro. | Foto: Público

Publicado 27 julio 2020



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La concejal brasileña dedicó su vida a defender a los más vulnerables y denunciaba el abuso de la policía en las barriadas más pobres del país.

Este lunes 27 de julio cumpliría 41 años de la activista y concejal brasileña Marielle Franco, asesinada por sicarios el 14 de marzo de 2018 en Río de Janeiro, y quien era una defensora de los derechos de la población afrodescendiente, de las mujeres y del colectivo LGTBI. Hoy su memoria sigue viva.

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La concejal del Partido Socialismo y Libertad (PSOL) de Brasil, Marielle Franco, una activista de los Derechos Humanos (DD.HH.) y la quinta parlamentaria más votada en las elecciones de Río de Janeiro de 2016, conmocionó a la nación suramericana por su inesperado asesinato.

La madre, feminista y socióloga dedicó su vida a la militancia por la defensa de los DD.HH. y a la denuncia de las acciones violentas en los sectores populares del país. Su lucha inició tras la muerte de una amiga, víctima de una bala perdida, durante un tiroteo con policías y traficantes de drogas en la comuna donde nació y vivió. 

¿Cuáles fueron sus luchas?

Franco integró en 2006 el equipo de campaña que eligió a Marcelo Freixo a la Asamblea Legislativa del Estado de Río de Janeiro (Alerj). Fue nombrada asesora del recién electo; luego por su destacada participación e interés en defender a los más vulnerables, asumió la coordinación de la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos y Ciudadanía de la Asamblea.

Dos años después de asumir el cargo, fue elegida con 46.502 votos para el cargo de concejal en la capital carioca por la coalición Cambio es posible, formada por el PSOL y el Partido Comunista Brasileño (PCB); fue la quinta más votada en la ciudad.

Además, Franco era crítica de la intervención federal en la seguridad pública de Río de Janeiro. Era una de las integrantes de la Comisión de la Cámara de Concejales. Denunció recientemente abusos de autoridad policial contra los pobladores de las favelas.

Su vida

Franco nació en el Complejo de Maré, zona norte de Río de Janeiro, el 27 de julio de 1979.   

Con una beca integral, Franco se graduó en Ciencias Sociales por la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro (PUC-Rio). 

Con el diploma de socióloga, se convirtió en una profesora e investigadora respetada.

Marielle Franco denunció el 10 de marzo de 2018 a policías del 41º Batallón de Policía Militar por abusos de autoridad contra los habitantes de la favela de Acari. Ocho días después fue asesinada.

Graduada en Ciencias Sociales por la PUC-Río, Marielle era magíster en Administración Pública por la Universidad Federal Fluminense (UFF).

Su militancia en la defensa de los derechos humanos y contra acciones violentas en la favela fue impulsada después de la muerte de una amiga, víctima de bala perdida, durante un tiroteo que involucró a policías y traficantes de drogas en el Complejo de la Marea, barrio donde Marielle nació y vivió.

En 2006, integró el equipo de campaña que eligió Marcelo Freixo a la Asamblea Legislativa. Con la elección de Freixo, fue nombrada asesora parlamentaria del diputado. Años después asumió la coordinación de la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos y Ciudadanía de la Asamblea Legislativa de Río de Janeiro.

En su primera presentación electoral, en 2016, fue electa concejala en la capital fluminense por la coalición Cambiar es posible, formada por el PSOL y por el PCB. Obtuvo más de 46 mil votos y fue la quinta candidata más votada en la ciudad.

Claves sobre su asesinato

Un día antes de ser asesinada, Franco se preguntaba en la red social Twitter — en uno de sus últimos tuits — a propósito de la muerte de un joven (Matheus Melo): "¿Cuántos más deben morir para que acabe esta guerra?".

En el lugar del crimen se encontraron cartuchos semejantes a los que utilizan las fuerzas armadas, y desde ahí la investigación ha cruzado un calvario ante la lentitud del Ministerio Público para seguir las investigaciones sobre el caso.

El año pasado, una investigación especial del diario de TV Globo, reveló que uno de los presuntos autores materiales estaba relacionado con el presidente brasileño Jair Bolsonaro.

Según ese testimonio, horas antes del asesinato, Elcio Vieira de Queiroz, el sospechosos acusado de conducir el automóvil desde el que se cometió el crimen, llegó a la propiedad y, en la portería, dijo que iría a la casa número 58, que pertenece al presidente.

Al recibir al expolicía, el portero llamó al número 58 para confirmar si el visitante podía pasar y alguien en la residencia autorizó la entrada del vehículo.

En dos declaraciones a la Policía Civil de Río, el portero dijo que reconoció la voz de la persona que respondió como "Soy Jair", de acuerdo con el Jornal Nacional, y que autorizó a pasar al carro. Al respecto, el mandatario brasileño ha negado cualquier vinculación.

Por otra parte, la detención preventiva, el 12 de marzo de 2019, de dos hombres acusados de matar a Marielle y a Anderson ha sido un importante avance en la investigación, pero sin que se haya adelantado nada sobre los autores materiales e intelectuales. 

En junio pasado, Maxwell Simões Correa, sargento del Cuerpo de Bomberos de Río de Janeiro, fue detenido en esa ciudad en el marco de la Operación Submersus 2, llevada a cabo por la Policía Civil y el Ministerio Público de Río de Janeiro.

"El papel de Maxwell en la obstrucción de las investigaciones fue entregar el vehículo utilizado para proteger el vasto arsenal de guerra de Ronnie Lessa entre el 13 y el 14 de marzo de 2019, de modo que el armamento pudiera desecharse más tarde en alta mar", informó un vocero del Ministerio Público.

Ronnie Lessa es el presunto ejecutor directo del asesinato de Franco y Anderson Gomes, chofer que la acompañaba.

Tanto él como Elcio Queiroz, a quien se acusa de conducir el auto utilizado por Lessa para perseguir a Franco, han permanecido en prisión desde marzo de 2019, sin que hasta la fecha exista una definición en el proceso en su contra. 

El asesinato de Franco sigue sin resolverse y se ha convertido en un ejemplo de la impunidad de la violencia contra los defensores de los DD.HH. en Brasil.


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