También advirtió a Israel y las potencias europeas sobre las consecuencias de la creciente tensión en la región asiática.
El líder supremo iraní, Ali Jameneí, responsabilizó este miércoles a Estados Unidos (EE.UU.) de estar involucrado en lo que llamó la mayoría de los problemas de Irán y en general de la región asiática y el mundo.
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Asimismo, Jameneí reiteró sus advertencias de tomar represalias por el asesinato, en enero de 2020, del comandante de la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria iraní, Qasem Soleimaní, a manos de Estados Unidos.
De acuerdo a Jameneí, Irán “nuca olvidará” el asesinato de Soleimani, el cual en su día fue respondido por acciones militares en el inicio del año 2020.
En la mayoría de los sucesos contrarios a Irán son visibles las huellas de EEUU. ¡Y luego dicen compadecerse del pueblo iraní! Han aplicado las sanciones más draconianas ¡diciendo ellos mismos que ninguna nación ha sufrido un bloqueo semejante en toda la historia!
— Ayatolá Jameneí (@es_Khamenei) November 2, 2022
El líder político-religioso rechazó el apoyo ofrecido por el Gobierno de Estados Unidos a las recientes protestas que han tenido lugar en el país desde el pasado mes de septiembre.
En otro momento de una intervención pública, Jameneí dijo que “El enemigo, es decir EE.UU., el régimen sionista, algunas potencias europeas insidiosas y maliciosas, y algunos grupos llegaron al campo con todos sus recursos, e intentaron golpear a la nación utilizando los servicios de inteligencia, los medios y la capacidad del ciberespacio [...] Sin embargo, la nación les dio una bofetada en la boca a los malvados y les hizo fracasar”.
El EEUU de hoy es el mismo que el del 19 de agosto de 1953, con dos diferencias de peso:
— Ayatolá Jameneí (@es_Khamenei) November 2, 2022
1. Los métodos de su hostilidad se han hecho más complejos.
2. En tiempos del golpe del 53, EEUU era la potencia mundial dominante. Hoy ya no lo es. EEUU va perdiendo solidez gradualmente.
En ese sentido, llamó a establecer lo que llamó un nuevo orden mundial que pasaría porque EE. UU. se percate de que “en el nuevo orden, no tiene un lugar importante y está aislado” y “tendrá terminar con su presencia en diferentes partes del mundo”.
Asimismo, dijo que para terminar con la actual inestabilidad global, EE. UU. y las potencias occidentales deben equilibrar el “poder político, económico, cultural y científico entre Occidente y Asia”.