La manifestación de los chalecos amarillos en la ciudad de Nantes, dejó este sábado al menos 30 personas detenidas y varios heridos.
La Policía de Francia se enfrentó este sábado a una nueva manifestación del movimiento de los chalecos amarillos en la ciudad de Nantes (oeste), que dejó al menos 30 personas detenidas y varios heridos.
LEA TAMBIÉN:
Los manifestantes que este sábado se movilizaron para exigir justicia por la muerte del joven Steve Caniço el pasado 22 junio, montaron varias barricadas, al tiempo que se registraron acciones de vandalismo por parte de un grupo de encapuchados que el movimiento denuncia como infiltrados en sus protestas.
Tras el incendio y destrucción de algunas vidrieras de comercios, las fuerzas de seguridad emprendieron contra los chalecos amarillos con gases lacrimógenos y cañones de agua. Según reportes preliminares, alrededor de 30 personas fueron arrestadas por las autoridades.
La marcha de este sábado se enfocó en el rechazo a la violencia policial, tras el caso del joven Caniço, que murió ahogado en el río Loira, en Nantes, después de que policías dispersaran un concierto masivo en esa ciudad.
Durante la movilización destacaron consignas como "Justicia para Steve", "Descansa en paz Steve" y "Ni olvido, ni perdón".
Según algunos de los participantes, "hemos sido víctimas durante nuestros reclamos de mejoras sociales de la violencia de la policía, la misma que asesinó a Steve", quien se reportaba como desaparecido hasta que el pasado 30 de julio su cadáver fue hallado en el río Loira.
La muerte del joven se atribuye a la actitud de las fuerzas policiales durante la jornada de las Fiestas de la Música, cuando un grupo de personas cayó al río huyendo de los gases lacrimógenos, balas de goma y granadas que usó la policía para dispersar a los asistentes.
El Gobierno galo se defendió en declaraciones del primer ministro de ese país, Edouard Philippe, alegando que de acuerdo con las pesquisas preliminares, no hubo uso injustificado ni excesivo de la fuerza por parte de los uniformados, que fueron “recibidos con piedras y otros artefactos”. No obstante, prometió realizar nuevas investigaciones.
Esta respuesta oficial acrecentó el malestar ciudadano y de los opositores que defienden que no había necesidad de emplear tanta violencia para controlar a los jóvenes asistentes al concierto.
Según medios locales, los sucesos del pasado 22 de junio se dieron luego de que las autoridades indicaran alrededor de las 04:00, hora local, que el concierto debía terminar, orden que no fue cumplida. Eso conllevó a que la policía se presentara en el lugar con los aditamentos necesarios para dispersar la concentración.
Esta es la 38.ª semana consecutiva de manifestaciones en contra de las políticas del Gobierno francés, protestas encabezadas por el movimiento de los chalecos amarillos.