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  • El binomio Biden-Harris marcha delante en la mayoría de las encuestas preelectorales en Estados Unidos.
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    El binomio Biden-Harris marcha delante en la mayoría de las encuestas preelectorales en Estados Unidos.

Ambos candidatos reflejan matices de una visión común de la dominación imperialista en aspectos como política exterior, salud y economía.

Cuando ya han votado por anticipado unos 71 millones de estadounidenses y falta menos de una semana para la noche electoral del 3 de noviembre, resulta interesante preguntarse ¿cuáles son las propuestas de los candidatos Trump y Biden? 

Política exterior hacia América Latina 

Donald Trump, en sus relaciones con América Latina prioriza el corte del flujo migratorio de la región hacia el norte, con amenazas económicas a los gobiernos de México y Centroamérica para que contengan a migrantes y aspirantes de asilo en Estados Unidos. 

Al mismo tiempo, mantiene cercanía ideopolítica con presidentes afines como el brasileño Jair Bolsonaro, a quien ha recibido en persona y evita criticarlo en público por los incendios y la deforestación en la Amazonía. 

El actual presidente de EE.UU. es partidario de aplicar “máxima presión” contra el Gobierno de Venezuela, con medidas coercitivas unilaterales al sector petrolero y a funcionarios del presidente Nicolás Maduro, a quien considera que “amenaza la estabilidad regional”.

Similar política mantiene la Casa Blanca hacia Cuba, país con el cual sostiene el enfoque de “Guerra Fría” y “olla de presión” al ritmo de una medida anticubana cada semana. Trump ha llevado más atrás de la época de Obama el estado de las relaciones entre Washington y La Habana. 

 

 

El candidato demócrata, Joe Biden, fue vicepresidente de Obama cuando comenzaron los golpes de Estado por la fuerza o vía parlamentaria contra gobiernos progresistas en América Latina y el Caribe. 

Biden propone aumentar la “cooperación regional” en temas que causan la migración a EE.UU. desde países latinoamericanos, como la violencia o la pobreza, así como en la lucha contra la pandemia de la Covid-19. 

El candidato demócrata quiere ofrecer a Brasil un fondo internacional de 20.000 millones de dólares para detener la deforestación amazónica o enfrentar “consecuencias económicas”. La propuesta fue respondida por el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, como “amenazas cobardes”.  

Al igual que Trump califica de “dictador” al presidente venezolano, Nicolás Maduro, y no duda en la efectividad de las medidas coercitivas unilaterales contra Caracas, las cuales ve como “una de las herramientas para una estrategia abarcadora”.

En relación con Cuba, al igual que su antiguo jefe, Obama, propone “una nueva política” hacia la isla caribeña. Dicha política se basa en revertir limitaciones impuestas a los viajes y remesas a la isla e impulsar los vínculos de cubanoestadounidenses y sus familias en la Mayor de las Antillas. Todo ello tributa a la estrategia “suave” de cambio de régimen. 

A diferencia de sus predecesores, Trump defiende la negociación personal que entabló con el líder de Corea del Norte, Kim Jong Un. Fuente: EFE
 

Política exterior hacia el resto del mundo 

Donald Trump defiende la política exterior del America first (América primero) en las relaciones con otros países y, en el discurso, es contrario a las intervenciones militares de Estados Unidos en otros países en nombre de la defensa de la democracia o los derechos humanos.

Hasta el momento, es el único presidente estadounidense en los últimos 40 años que no ha iniciado su propia guerra internacional en el plano formal. 

En la misma dirección critica los aportes financieros de Washington a la OTAN y acusa a otros socios de aprovecharse de la presunta “generosidad” estadounidense en la alianza, aunque ha evitado salirse de la misma. 

El presidente apoyó la retirada de más tropas estadounidenses en Afganistán y las conversaciones de paz entre Kabul y el Talibán. 

De lo más trascendente de su política ha sido la retirada del acuerdo nuclear con Irán, por considerarlo contrario a sus intereses. Por igual, mantiene una política de “máxima presión” contra Teherán, lo cual le llevó a inicios de 2020 al asesinato en Bagdad de un alto mando iraní. 

En contraste con sus predecesores, defiende la negociación personal que entabló con el líder de Corea del Norte, Kim Jong Un, en busca de la desnuclearización del país sin concesiones previas. En el Medio Oriente, ha promovido los acuerdos entre Israel y los países árabes como los recientes con Emiratos Árabes y Bahréin, lo cual es rechazado por Palestina. 

Joe Biden, como Barack Obama, mantiene la visión mesiánica de que Estados Unidos “debe volver a liderar” lo que denominan el “mundo libre”, por lo cual ve el uso de la fuerza militar como “último recurso, no el primero” para defender sus “intereses vitales, cuando el objetivo sea claro y alcanzable”. 

En Asia menor, el candidato demócrata apoya los acuerdos entre Israel y los países árabes. Fuente: EFE
 

El antiguo vicepresidente propone “restaurar” la asociación de su país con la OTAN y “mantener en buen estado las capacidades militares” de la misma. En consonancia con Trump, plantea retirar la “gran mayoría” de las tropas estadounidenses de Afganistán y enfocar su misión en Al-Qaeda y el llamado Estado Islámico. 

Defiende el acuerdo nuclear con Irán, obra de Obama, y condiciona que Estados Unidos retorne al mismo “si Teherán vuelve a cumplir con el pacto”. En la misma línea aspira a lanzar una campaña internacional para lo que llama “la desnuclearización de Corea del Norte”, coordinada con aliados de Estados Unidos y otros países, “incluida China”, a quien ve como un competidor importante.

En general, Biden se comprometió a deshacer las acciones de política exterior que ejecutó el presidente Donald Trump, para “volver a ubicar a Estados Unidos a la cabeza”. 

Inmigración

Donald Trump defiende una política de “tolerancia cero” con los inmigrantes indocumentados, lo cual lo llevó en 2018 a separar a miles de niños de sus padres en la frontera con México, práctica no finalizada ante reclamos domésticos e internacionales.

En ese sentido, plantea continuar con la construcción de un muro en la frontera con México, una promesa clave de su campaña de 2016 que aún no ha podido concretar, pero de la cual no es él el autor intelectual, pues viene de la época del demócrata Bill Clinton. 

En esa política, plantea impedir que los inmigrantes indocumentados “sean elegibles para asistencia social, atención médica y matrícula universitaria gratuita financiada por los contribuyentes”. En la misma dirección, impulsa restricciones a visas de trabajo y para estudiantes internacionales. 

Trump se ha planteado, de igual manera, la terminación de las llamadas “ciudades santuario” de inmigrantes que evitan cooperar con la Policía migratoria del Gobierno federal. Por ello, trató de eliminar el programa DACA (de Obama), el cual protege a los inmigrantes indocumentados que llegaron al país cuando eran niños, pero lo impidió la Corte Suprema. Ahora propone ofrecerles un “camino a la ciudadanía”. 

Entretanto, Joe Biden tiene como propuesta en este ámbito revertir las políticas que llevaron a la separación de familias inmigrantes, lo cual considera “una vergüenza nacional”. Asimismo, procura distanciarse del alto número de deportaciones que realizó el Gobierno de Barack Obama cuando él era vicepresidente. 

Se opone, a diferencia de Trump, Obama, Bush y Clinton, a seguir con la construcción de un muro en la frontera con México y plantea, en cambio, mejorar la infraestructura de control en los puertos de entrada a Estados Unidos. Como su antiguo jefe, proyecta proponer al Congreso una reforma migratoria que abra el camino a la ciudadanía a inmigrantes que han vivido durante años en el país. 

No obstante, en 2019, el candidato demócrata señaló que se opone a despenalizar el cruce de la frontera sin documentación, algo que otros precandidatos de su partido apoyaban.   

Economía 

Donald Trump ha concedido ayudas económicas ante la crisis sanitaria, aunque no ha logrado acordar con el Congreso la extensión de un paquete más amplio de beneficios que aprobó al inicio de la pandemia.

De igual forma, plantea eliminar el impuesto sobre el salario, que financia la seguridad social y se opone a aumentar los impuestos a las ganancias de capital y a las corporaciones, las cuales se beneficiaron con los recortes tributarios que aplicó en 2017. 

El principal logro de política económica de Trump como presidente fue ese recorte de impuestos de 2017, el cual redujo de manera drástica las tasas para individuos y empresas, pero llevó a un aumento en el déficit presupuestario federal. 

Biden pretende restaurar la asociación de su país con la OTAN, de llegar a la Casa Blanca. Fuente: EFE

Trump ha pronosticado una recuperación de la economía de Estados Unidos en los últimos dos trimestres de este año y afirma que despegará como un “cohete espacial” en el próximo año. La predicción se basa en la conjetura de que una vacuna contra el coronavirus o un tratamiento efectivo habrá llegado al mercado y permitiría que la vida vuelva a la normalidad.  

Por su parte, el exvicepresidente Biden sostiene que se necesita extender el seguro de desempleo por la Covid-19 y negociar con el Congreso un nuevo paquete de ayudas financieras, por un monto indefinido. En igual sentido, plantea aumentar el salario mínimo y evitar recortes a la seguridad social. 

A diferencia de Trump, está a favor de aumentar los impuestos a las ganancias de capital y a las corporaciones, por lo cual promete evitar una mayor carga tributaria para quienes ganen menos. 

El candidato demócrata ha detallado una propuesta moderada para utilizar las compras gubernamentales con el objetivo de estimular la fabricación en sectores que incluyen energía limpia, infraestructura y atención médica. También ha propuesto nuevos créditos fiscales para quienes cuidan de niños, ancianos y personas discapacitadas. 

Salud 

El presidente Donald Trump cree que no hay que tenerle “miedo” al coronavirus ni dejar que “domine” la vida de la gente, por lo cual su prioridad ha sido mantener la economía abierta y evitar los confinamientos. En ese sentido, se ha mostrado contrario a ordenar el uso de nasobucos (mascarillas) a nivel nacional y prefiere que cada Estado lo decida. Trump llega a mostrarse en eventos públicos y privados sin esa protección. 

Ordenó el retiro de EE.UU. de la Organización Mundial de la Salud (OMS), a quien acusa de estar al servicio de China. 

Trump hizo campaña contra la Ley de Cuidado de Salud Asequible en la campaña de 2016 que lo llevó a la Presidencia y, en esa dirección, ha emitido una serie de acciones ejecutivas para socavarla. Entre ellas, facilitarle a los estadounidenses el acceso a políticas alternativas que tienen menos protecciones y beneficios. 

Busca dificultar al máximo el aborto mediante el retiro de protecciones federales, así como medidas judiciales que cuestionen la histórica sentencia de 1973, la cual legaliza el aborto en todo el país hasta las 28 semanas. De hecho, su última nominada y ratificada para la Corte es Amy Coney Barrett, una jueza que en el pasado se mostró contraria al aborto. 

Joe Biden, en relación con la Covid-19, sostiene que es necesario “tomar este virus en serio” porque “no se irá automáticamente” y hay que “seguir a la ciencia”. Por ello dice que “haría todo lo posible para que se requiera que las personas tengan que usar” mascarillas en público, lo cual suele hacer él mismo, a diferencia de Trump. 

Biden ha prometido revertir la salida de Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y anuncia un programa nacional de rastreo de contactos y tests gratis. Fuente: EFE

Biden se inclina por proteger el derecho de las mujeres a decidir y mantener legal el acceso al aborto. Para ell,o promete una ley federal que proteja la histórica sentencia de 1973 y se opuso, en esa dirección, a la nominación de Amy Coney Barrett. 

El plan de atención médica de Biden expandiría en gran medida los subsidios de Obamacare, para que las pólizas de seguro privadas disponibles en las bolsas sean más asequibles. El proyecto también crearía una nueva “opción pública” similar a Medicare, en la que la gente podría participar. 


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