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La que debía ser la final más grande en la historia, por lo menos del fútbol latinoamericano, se ha visto empañada por los graves incidentes de la vuelta entre River Plate y Boca Juniors. Ahora el partido decisivo de la Copa Libertadores 2018 está en suspense.
Una vez que fue pospuesto el sábado —en la ida fue igual pero por lluvia— por el ataque, con gas pimienta incluido, de hinchas de River al autobús en que se trasladaba Boca, y el domingo por falta de igualdad de condiciones, no queda claro cuándo se jugará.
Hago un llamado a que todos los actores del fútbol sudamericano fijemos como prioridad y unamos esfuerzos para identificar, entender y combatir las causas y los actos de violencia que cada año manchan nuestro fútbol.
— Alejandro Domínguez (@agdws) 25 de noviembre de 2018
Esta semana es prácticamente imposible debido a la realización en Buenos Aires de la cumbre del G20 (Grupo de los 20), que se efectuará del 30 de noviembre al 1° de diciembre, y ocasionará un despliegue total de las fuerzas de seguridad locales.
El 18 de diciembre está pautado que el campeón de la Libertadores 2018 debute en el Mundial de Clubes de Abu Dhabi, por lo cual el ganador debe estar definido por lo menos una semana antes.
Ante esto, los medios locales manejan la semana del 3 al 9 de diciembre como la más factible. En uno de esos días debería disputarse la final de la Copa.
La nueva fecha de la final será analizada y decidida en una reunión en Asunción el martes 27 a las 10 de la mañana con los presidentes de los clubes finalistas, Boca Juniors y River Plate.
— CONMEBOL.com (@CONMEBOL) 25 de noviembre de 2018
La decisión será tomada este martes a las 10H00 (hora local) en la Asunción entre los presidentes de la Conmebol, Alejandro Domínguez, de Boca Juniors, Daniel Angelici, y de River Plate, Rodolfo D'Onofrio.
"No tengo ninguna duda de que el partido se va a jugar en River y con gente", dijo en rueda de prensa D'Onofrio el domingo.
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