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Para la ONU, la propagación del brote a los países vecinos "podría tener graves consecuencias humanitarias y afectar a la estabilidad regional".
El responsable de la campaña para combatir el ébola en la República Democrática del Congo, Jean Jacques Muyembe, presentó este viernes una nueva estrategia para hacer frente a la epidemia que ya ha cobrado varias vidas desde que inició el reciente brote.
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La versión actualizada del SRP4, un plan estratégico previsto para extenderse durante 90 días, permitirá atender el carácter multisectorial de la respuesta requerida.
El documento fue elaborado por un grupo de expertos del Ministerio de Salud, agencias del sistema de las Naciones Unidas y representantes civiles de la sociedad local, así como los departamentos provinciales de Salud de Kivu Norte, Kivu Sur y de Ituri.
Nuevo plan estratégico: Se abordará la epidemia de Ebola como un problema multisectorial, implicando a los medicos locales, a la sociedad civil, a las escuelas y a los responsables del gobierno en materia de seguridad, y no como un simple problema de salud pública. #temastelesur
— oskare (@oskarteleSUR) August 2, 2019
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Kinshasa, desde que se desató el brote hace ya un año en Beni, hasta el 29 de julio, han registrado unos 1.803 fallecidos en un total de 2.657 casos, con solo 700 curados.
Además, establecieron 77 millones de controles de salud a viajeros, visitan 20.000 contactos diariamente para asegurarse de que no se enferman, así como 3.000 exámenes semanalmente en ocho laboratorios.
Ruanda cerró su frontera con el Congo durante 14 horas el jueves tras detectar un nuevo caso de ébola en la ciudad fronteriza de Goma.
Para el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, la propagación del brote a los países vecinos "podría tener graves consecuencias humanitarias y afectar a la estabilidad regional", ya que el virus está localizado en las provincias de Kivu del Norte e Ituri, fronterizas con Sudán del Sur, Uganda y Ruanda.
El presente brote es el décimo en la historia del Congo y se ha convertido en la segunda epidemia más grave del mundo, solamente superada por la que atravesó África Occidental en 2014, con más de 11.000 fallecidos.
Esta enfermedad se transmite a través del contacto directo con la sangre y los fluidos corporales de una persona enferma; produce fiebre hemorrágica y puede alcanzar una tasa de mortalidad del 90 por ciento si no se trata a tiempo.
