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En Alemania, conservadores y socialistas gobiernan en conjunto sin grandes rispideces.

En Alemania, conservadores y socialistas gobiernan en conjunto sin grandes rispideces. | Foto: Reuters

Publicado 25 abril 2019



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La tendencia hacia la conformación de coaliciones de gobierno se ha vuelto un fenómeno creciente que alcanza a las principales potencias del continente europeo.

Como consecuencia de una reciente tendencia hacia la fragmentación del voto en las elecciones de distintos países de Europa, la conformación de gobiernos de coalición donde varios partidos políticos establecen acuerdos para compartir el poder se ha vuelto un fenómeno creciente que alcanza a las principales potencias del continente.

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En la antesala de los próximos comicios del 28 de abril en España varios sondeos de opinión marcan que este país podría sumarse a la corriente que ha puesto fin a las mayorías parlamentarias absolutas, al menos en esa parte del mundo.

Los regímenes parlamentarios que funcionan actualmente en 38 de los 50 estados soberanos europeos por lo general implican la figura de un primer ministro (PM) que requiere la confianza y el respaldo del poder Legislativo para gobernar.

Durante el proceso de selección de la persona que ejercerá las funciones de jefe gubernamental o PM, el partido más votado en los comicios puede tomar la iniciativa de investir directamente a su candidato en caso de contar con una mayoría absoluta; intentar formar un gobierno en minoría cuando los sufragios obtenidos no lleguen a la mitad de los escaños; o buscar la conformación de un gobierno de coalición que mediante la negociación con una o varias fuerzas implique la repartición de los cargos del tren ministerial.

En los casos más repetidos la iniciativa de formar un gobierno de coalición procede del partido ganador de las elecciones que no tiene mayoría suficiente para designar al jefe de Gobierno y se ve obligado a pactar con otro(s) grupo(s), normalmente de ideología política afín, para ejercer el poder Ejecutivo en conjunto.

Sin embargo, existen ocasiones en donde la formación política que obtuvo más votos se ve superada por la suma del caudal electoral de otros partidos que deciden aliarse y conformar un gobierno de coalición. Es el caso de Portugal donde el Ejecutivo se formó tras un acuerdo entre el Partido Socialista y la izquierda radical, pese a que el ganador de los comicios de 2015 había sido el Partido Social Demócrata (PSD).

Otro escenario menos recurrente plantea la posibilidad de que grupos de distinta ideología conformen gobierno para impedir que un tercer partido acceda al poder. Esta maniobra es denominada por los analistas políticos europeos como "cordón sanitario".

Una tradición de "gran coalición política" es el caso de las últimas décadas de gobiernos en Alemania, donde partidos que se diferencian ideológicamente han ejercido el poder de forma compartida sin grandes rispideces. Actualmente conservadores y socialistas gobiernan en conjunto manteniendo la estabilidad política.

Recientemente en naciones como Italia y Reino Unido se han abierto paso formaciones políticas nuevas, algunas de las cuales eran minoritarias o no habían participado en pasadas elecciones, y que dan forma a coaliciones con partidos tradicionales. En la primera gobiernan juntas la ultraderecha representada en la Liga Norte y el movimiento populista Cinco Estrellas; en tanto en Londres los conservadores que sostienen a la PM, Theresa May, debieron pactar con el pequeño partido nacionalista de Irlanda del Norte para formar gobierno.

En Francia, donde rige un sistema semipresidencialista, cohabitan el poder Ejecutivo tres partidos políticos donde incluso el mandatario Emmanuel Macron perteneciente a La República En Marcha (REM) cedió el cargo de PM a Édouard Philippe, miembro del partido Unión por un Movimiento Popular.


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