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Ante la previsible falta de acuerdo, ya se evalúa la realización de un nuevo encuentro al más alto nivel a fines de mes.

Ante la previsible falta de acuerdo, ya se evalúa la realización de un nuevo encuentro al más alto nivel a fines de mes. | Foto: EFE

Publicado 17 julio 2020



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Los líderes de los países miembros llegan con opiniones divididas sobre la forma de creación y distribución del fondo.

Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE) se reúnen en una cumbre, que inicialmente se prevé de dos días, para intentar un acuerdo sobre el fondo de recuperación económica tras la pandemia de coronavirus y el presupuesto para los próximos siete años.

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A la reunión, que arranca este viernes en Bruselas, Bélgica, los líderes llegan con posturas alejadas, por lo que no hay garantías de que la negociación se cierre con éxito.

Esta es la primera cita presencial desde el mes de febrero, en la que el principal escollo es la oposición de Austria, Suecia, Dinamarca y los Países Bajos, naciones que se han dado en denominar “frugales”.

Según ha trascendido, todos los países miembros son partidarios de la creación de un fondo con capacidad de endeudamiento. La división está en las cantidades que se otorgarían en forma de subvenciones y en préstamos.

El punto de partida de la negociación es la propuesta del presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, en el orden de los 500.000 millones de euros en transferencias y 250.000 millones en préstamos.

Los “frugales”, a los que se ha unido Finlandia, quieren rebajar esta propuesta y reclaman que se entreguen menos transferencias directas y que la mayor parte de las ayudas se den en forma de créditos.

Por su parte, España, Italia, Francia y Alemania, apoyan la propuesta de Michel, haciendo énfasis en que se mantenga una elevada proporción de subvenciones.

Otro punto de discrepancia está en el deseo de los Países Bajos de tener un "poder de veto", es decir, que para recibir las ayudas, los Estados deban acometer planes de reformas e inversiones que se aprueben por unanimidad. En esta propuesta, el Gobierno neerlandés se ha quedado solo.

 

Tampoco hay acuerdo sobre qué nuevos recursos se introducirán para financiar en los próximos años el reembolso de la deuda emitida, donde se plantea introducir un gravamen al plástico no reciclado en 2021, así como una tasa digital y un sistema de ajuste de carbono en frontera en 2023.

Algunos países, sobre todo del centro y este de Europa, discrepan también sobre el sistema propuesto para condicionar la recepción de fondos europeos al respeto al Estado de Derecho.


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