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A Carpentier se le reconoce como uno de los creadores de la corriente artístico-literario conocida como realismo mágico.

A Carpentier se le reconoce como uno de los creadores de la corriente artístico-literario conocida como realismo mágico. | Foto: Biblioteca Nacional Cuba

Publicado 26 diciembre 2023



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La obra de Alejo Carpentier es una de las más importantes dentro de la literatura latinoamericana de todos los tiempos.

El escritor Alejo Carpentier nació en Lausana, Suiza, el 26 de diciembre de 1904 y llegó a La Habana junto a su familia donde se instalaron entre los años 1908 o 1909. En 1921 inició sus estudios de arquitectura, los cuales abandonó para ejercer el periodismo.

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En 1924, Carpentier fue nombrado redactor jefe de la revista Carteles. En 1927 fue encarcelado por su actividad política contra la dictadura de Gerardo Machado y un año después abandona el país y pone rumbo a la capital francesa, París.

Por la urbe europea entra en contacto con grandes exponentes de las letras, sobre todo del surrealismo y colaboró con números de la revista Révolution Surréaliste de André Breton. Posteriormente viaja a España donde hace lazos amistosos y profesionales con exponentes de la Generación del 27 como Pedro Salinas, Rafael Alberti y Federico García Lorca.

 

¡Écue-Yamba-ó!

El título de esta novela significa “Dios: Loado seas” en voz lucumí. Fue la primera novela escrita por Alejo Carpentier, terminada en París y publicada en el año 1933. Narra la historia del negro cubano Menegildo Cue durante los albores del siglo XX.

Esta obra es considerada una obra de arte y un material obligatorio para muchos de los interesados en desarrollar temas referentes a la cultura afrocubana. Sin embargo, el propio autor, Carpentier dijo respecto a ella que fue “un intento fallido por el abuso de metáforas, de símiles mecánicos, de imágenes de un aborrecido mal gusto futurista y por esa falsa concepción de lo nacional que teníamos por entonces los hombres de mi generación”.

 

El reino de este mundo

El reino de este mundo fue publicada en 1949 y es considerada una de las obras más significativas de la literatura latinoamericana del siglo XX además de uno de los más grandes referentes de la corriente conocida como realismo mágico o lo real maravilloso.

La historia que narra esta obra se centra en un periodo que abarca aproximadamente 70 años, entre la segunda mitad del siglo XVIII y el principio del XIX. Caracteriza y critica al modelo esclavista colonialista y poscolonialista en la región, así como es una oda exquisita a las costumbres y tradiciones de los pueblos africanos y la mezcla que resulta en las raíces culturales latinoamericanas.

Los pasos perdidos

Publicada en 1953 es otra de las colosales obras realizadas por Alejo Carpentier y una de las más importantes de la literatura latinoamericana. Al igual que El reino de este mundo, esta novela se inscribe en lo real maravilloso.

El texto lleva a un protagonista anónimo por un viaje que comienza en Nueva York y continúa en la selva venezolana y temporalmente atraviesa por las etapas más importantes de América en el siglo XX y culmina en los más primitivos orígenes.

El siglo de las luces

El siglo de las luces es una novela de corte histórico que fue publicada en el año 1962. El texto se está ubicado temporalmente la década final del siglo XVIII y se basa en la historia de la Revolución Francesa, pero vista desde el Caribe.

La novela de Carpentier, que inicia su narrativa en La Habana cuenta las peripecias de tres jóvenes huérfanos pertenecientes a la burguesía: Sofía y Carlos (hermanos) y Esteban (primo). El personaje real de la novela es Victor Hughes cuyo nombre fue Jean-Baptiste Victor Hugues un político y militar francés enviado al Caribe en nombre de la Francia revolucionaria.

La ciudad de las columnas

La ciudad de las columnas es una obra escrita por Alejo Carpentier publicada en el año 1964. Puede considerarse como una declaración de amor realizada por el escritor a la ciudad que lo vio crecer y por la que se sintió cautivado hasta su fallecimiento el 24 de abril de 1980.

En muchas de sus obras La Habana es tratada como un lugar único, mítico, sin embargo, es La Ciudad de las Columnas la carta de amor más abierta de todas: “(…) la vieja ciudad, antaño llamada de intramuros, ciudad en sombra, hecha para la explotación de las sombras, sombra, ella misma, cuando se la piensa en contraste con todo lo que fue germinando, creciendo (…)”.


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