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Uno de los derechos que actualmente reclaman las personas LGBTIQ+ es la seguridad de sus vidas en primera instancia.

Uno de los derechos que actualmente reclaman las personas LGBTIQ+ es la seguridad de sus vidas en primera instancia. | Foto: Latfem

Publicado 28 junio 2022



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En 2021 se registraron al menos 411 muertes violentas de personas LGBTIQ+ en Brasil.

La campaña por visibilizar los derechos de las personas LGBTIQ+ ha estado marcada desde diversos referentes y espacios de lucha, desde el ámbito de las pequeñas rebeldías hasta la resistencia en las calles por el reclamo permanente de sus garantías.

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Y el día del Orgullo LGBTIQ+ es eso también. Para continuar reclamando sus derechos, las personas LGBTIQ+ conmemoran esta jornada, agrupándose y realizando marchas, acciones en el espacio público contra la discriminación, la homofobia y la transfobia.

“El orgullo es político, dicen. ¿Pero qué es ‘lo político’? A veces le reservamos el status de político a aquello que se nos presenta vestido con la ropa clara de un discurso militante y emergido desde la reflexión colectiva de las organizaciones. Lo político parece estar a veces reservado a aquellas reflexiones que hablan del bien común o al universo de prácticas partidarias y estatales que administran un orden para la sociedad”. Esta es una reflexión de Marce Joan Butierrez desde la plataforma feminista Latfem, quien reivindica lo político desde todos los espacios.  

De esta manera las personas que creen en el respeto a otras, consideran que celebrar el Día del Orgullo gay es político, porque se reconocen las personas, pero sobre todo los derechos que aún faltan por acceder, en un contexto donde el transfeminicidio y el asesinato a las personas LGBTI sigue siendo una dura realidad.

“Como casi siempre digo, las fechas de celebración deben verse, en su mayor parte, desde una perspectiva reflexiva. ¿Qué celebrar ante una realidad que poco tiene que ver con la propuesta conmemorativa?”, acotó por su parte la periodista Érica Malunguinho.  

Sus reflexiones proponen “hacer esfuerzos para que las democracias se profundicen y acojan a quienes, por el colonialismo, el patriarcado y el capitalismo, se han quedado al margen, negociando la pertenencia a riesgo de su propia vida”.

De acuerdo a la plataforma feminista Píkara Magazine, “el 28 de junio de 1969 la policía hizo la enésima redada en Stonewall Inn, uno de los escasos bares en los que las trans, maricas y bolleras podían encontrarse en Nueva York. Hartxs de soportar redadas, detenciones y agresiones, aquel día se encararon con lxs agentes hasta obligarles a encerrarse en el bar asustadxs, iniciando una revuelta que sería el germen de las marchas del Orgullo Gay".

El medio reflejó que “enfrentándose a la policía estaban aquellos cuerpos más precarizados de la comunidad LGTB: trans, trabajadorxs sexuales y chicxs de la calle. A partir de ese momento, comenzaron a crearse organizaciones de activistas gais en Nueva York. Tanto las personas que protagonizaron aquella primera revuelta como sus reivindicaciones se vieron invisibilizadas por los hombres blancos de clase media, cabeza visible del movimiento”, valoró Píkara magazine.

Uno de los derechos que actualmente reclaman las personas LGBTIQ+ es la seguridad de sus vidas en primera instancia, así como el acceso a un trabajo que garantice una vida digna. Por otra parte otro de los reclamos que en todos los países no se garantiza es el matrimonio de personas del mismo género.  

Desde Brasil, el activista Toni Reis, desde la Alianza Nacional LGBTI, expresó que “lo que queremos este mes es mostrar que podemos, sí, ser felices y vivir una vida digna como cualquier otro ser humano”.  

“Hay muchas medidas que hay que tomar. Es necesario que se fomente el respeto y la tolerancia en todos los rincones de la sociedad mediante la acción de distintos agentes, desde lo público hasta lo privado. Un buen primer paso en esta dirección es la educación”, expresó Toni Reis.

“Queremos que la escuela sea un momento de civilización y que nos enseñen a respetarse unos a otros”, expresó el defensor de los derechos al tiempo que insistió en que “la idea es que la gente aprenda a socializar armonioso dentro de la escuela, para reducir los prejuicios, la discriminación y la violencia”.

Uno de los datos ofrecidos por la Alianza Nacional LGBTI que muestra el por qué se debe reivindicar el mes del Orgullo señala que en 2021 se registraron al menos 411 muertes violentas LGBTI+ en Brasil. De estos, 385 fueron asesinatos y 26 suicidios, según el Dossier de Muertes y Violencia contra LGBTI+ en Brasil. En la comparación con 2020, hubo un aumento del 33.33 por ciento.


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