El sistema electoral de EE.UU. no cuenta con un órgano federal que unifique los datos de los recuentos de votos.
El mundo mira con ansiedad a Estados Unidos (EE.UU.) en estas jornadas electorales, donde se elige al presidente de la nación más poderosa e influyente dentro de las relaciones internacionales en el planeta durante los próximos cuatro años.
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Las incertidumbres aumentan ante la ausencia de resultados definitorios a más de 48 horas de haber iniciado el conteo de los votos, dadas las peculiaridades y carencias del sistema electoral estadounidense.
Una de las razones que comentan los medios como causante del retraso es el alto número de boletas que se enviaron por correo o lo que denominan “voto anticipado”, a lo que se suman las denuncias del presidente, Donald Trump, de un supuesto fraude.
¿A las cuántas elecciones dejamos de decirle “crisis electoral” o “complejo” a lo anti democrático que es el sistema electoral estadounidense? ¿@Almagro_OEA2015 no va a pedir “elecciones justas” aquí? La hipocresía. pic.twitter.com/8pHaiMqGV4
— Alina Duarte (@AlinaDuarte_) November 4, 2020
En este punto hay que comprender que el sistema electoral de EE.UU. no cuenta con un órgano electoral federal que unifique los datos que se ofrecen parcialmente, por lo que en cada estado se reportan a su tiempo y a su forma, de acuerdo a sus propias leyes.
Esta particularidad conlleva a que se demoren los resultados y no haya claridad del comportamiento parcial, pues generalmente los estados siguen contando por varios días y hasta semanas después que los ciudadanos acuden a las urnas.
Son los medios de comunicación y las encuestadoras quienes proyectan el ganador, en los primeros momentos. Mientras, las leyes disponen una serie de procedimientos con plazos determinados para definir al mandatario.
Cada uno de los 50 estados en EE.UU. tiene sus propias normas electorales, pero la ley federal establece una fecha común para que se terminen los recuentos. A esta se le conoce como “fecha de puerto seguro” y se establece en esta ocasión el 8 diciembre.
Protestan a las afueras del Comité Nacional Republicano, “cuenten cada voto”, dicen. Aseguran que si en Estados Unidos no hay democracia, cómo se atreven a decir que pretenden exportarla a otros países. #Elecciones2020 pic.twitter.com/BpgtbKNI3H
— Alina Duarte (@AlinaDuarte_) November 4, 2020
Otra de las razones que ponen en cuestionamiento al sistema electoral estadounidense son los fallos judiciales, que ocurren cuando los abogados de ambos partidos políticos acuden a los tribunales ante la supuesta sospecha de fraude.
Una situación de este tipo favorece el recuento de votos y a su vez, la demora en los resultados finales. En los comicios del 2000 ocurrió un evento similar, cuando el entonces candidato republicano, George W. Bush, y el demócrata Al Gore se disputaban el estado de Florida.
“Democracy sometimes is messy (...) a veces también requiere un poco de paciencia, pero esa paciencia ha sido recompensada ahora durante más de 240 años con un sistema de gobierno que ha sido la envidia del mundo” @JoeBiden ¿La envidia del mundo? ¿Cuál mundo, Biden? En este no. https://t.co/bi6DatXx2t
— Alina Duarte (@AlinaDuarte_) November 5, 2020
Tras ordenarse el recuento de votos por parte de las autoridades legales, este se prolongó por casi un mes. Finalmente, Gore aceptó su derrota por 537 votos contra Bush en Florida, lo que determinó la llegada del republicano a la Casa Blanca.
El 14 de diciembre, el Colegio Electoral, entidad que elige definitivamente al presidente, se reúne en cada capital estatal para oficializar los resultados tras haber concluido el conteo de los votos. Este año, ese momento podría ser de mucha importancia por las denuncias de “supuesto fraude”.
Dados esos cuestionamientos, es posible que en algunos estados donde el Partido Republicano controla la legislatura estatal, el ente partidista se niegue a no aceptar como válidos los resultados si favorecen al candidato demócrata.
Ojalá en este país a los movimientos antirracistas, ecologistas y demás, se sume la exigencia de una reforma electoral urgente, digo, de menos, porque una nueva constitución como las hechas en Bolivia, Venezuela, etc, en un país que tiene una desde 1789 sé que es mucho pedir. pic.twitter.com/r2uPJKQzTE
— Alina Duarte (@AlinaDuarte_) November 5, 2020
En última instancia, en estos casos la legislatura estatal podría, por cuenta propia, asignarle al candidato republicano los delegados al Colegio Electoral, aunque la tradición es que se le entregan al aspirante a la presidencia quien haya obtenido más votos en ese estado.
Hay que recordar que el sistema de elección indirecta en Estados Unidos genera un desfase entre el voto electoral y el popular. El primero pertenece a los miembros del Colegio Electoral, y el segundo de los ciudadanos.
Eso significa que si bien la mayor parte de los estados otorgan todos los votos electorales al candidato más votado, no siempre ocurre así y finalmente la elección del voto popular no tiene por qué coincidir con el candidato vencedor.
“Cuenten cada voto”, “el mundo está observando”, “digan la verdad”, “unf*ck the system”, “demandamos democracia”, algunas de las consignas hoy en Washington DC. #Elecciones2020 pic.twitter.com/5cTjM5q6WP
— Alina Duarte (@AlinaDuarte_) November 4, 2020
Esto ocurrió, por ejemplo, en las elecciones de 2016, en que Donald Trump ganó el voto electoral y fue elegido presidente pese a recibir menor respaldo de los votantes que su adversaria, Hillary Clinton.
Si hay empate en el Colegio Electoral, es el Congreso quien elige al presidente.