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Esta campaña contra los movimientos sociales del MST y el MTST ya desembocó en ataques a algunos de sus campamentos.

Esta campaña contra los movimientos sociales del MST y el MTST ya desembocó en ataques a algunos de sus campamentos. | Foto: EFE

Publicado 9 enero 2019



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"Tenemos muchos motivos para pensar que aumentará la criminalización de los movimientos sociales y se intensificará la violencia", expresó el líder de MST, Guilherme Boulos.

Los movimientos sociales de Brasil están en la mira del presidente ultraderechista Jair Bolsonaro, quien asumió el cargo el pasado 1° de enero.

Durante su campaña electoral aseguró que los movimientos sociales serían “tipificados como terroristas” y amenazó con bloquear la entrada de dinero a las Organizaciones No Gubernamentales. "Vamos a poner un punto final a todos los activismos de Brasil", señaló.

Bolsonaro encomendó a la Secretaría de Gobierno, a cargo del ministro y general de la reserva Carlos Alberto Dos Santos Cruz, "supervisar, coordinar, monitorear y acompañar las actividades y las acciones de los organismos internacionales y de las organizaciones no gubernamentales en el territorio nacional".

¿Peligran los movimientos sociales en Brasil?


“Tenemos que tipificar como terroristas las acciones de estos marginales", aseguró Bolsonaro en mayo del año pasado para referirse al Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) y el Movimiento de los Trabajadores Sin Techo (MTST).

Guilherme Boulos, líder del MTST, denunció ante el Parlamento Europeo la persecución a la que ahora se enfrentan y las amenazas a la libertad de manifestación.

"Tenemos muchos motivos para pensar que aumentará la criminalización de los movimientos sociales y se intensificará la violencia", expresó Boulos.

Esta campaña contra los movimientos sociales del MST y el MTST ya desembocó en ataques a algunos de sus campamentos, como el registrado en el municipio de Dos Irmãos do Buriti (Mato Grosso do Sul) el año pasado,  cuando los ocupantes gritaron consignas a favor de Bolsonaro y provocaron el incendio de uno de los campamentos.

Lucio Andrade Hilário, defensor del pueblo de la Defensoría Pública del estado de Mato Grosso, manifestó que el Gobierno se muestra contrario a los movimientos sociales y a las ONG. 

"Los mete en un saco del mal y los tacha de izquierdistas y comunistas (...) Estoy preocupado porque este gobierno ya ha demostrado que no quiere diálogo, que quiere imponer su pensamiento", aseveró. 


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