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Los talibanes desean formar un Gobierno con una base amplia de afganos.
Ante un vacío administrativo, la mayoría de los bancos cerrados, y el flujo de ayuda internacional congelado, el movimiento de los talibanes se alista a presentar un Gobierno consolidado para hacer frente a la crisis dejada tras 20 años de intervención de Estados Unidos.
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El retiro total de las tropas estadounidenses de territorio afgano, tras la invasión a finales de 2001, abrió una nueva etapa conflictiva a los talibanes que tomaron el poder en agosto pasado en una ofensiva relámpago mientras las fuerzas occidentales dejaban el pais centroasiático.
En ese sentido, el portavoz de los talibanes, Zabihullah Mujahid, dijo la semana pasada que la nueva administración sería un Gobierno de base amplia que representaría a todos los afganos ante el anterior precedente cuando impusieron estrictas medidas basadas en la ley islámica, Sharia.
Al respecto las negociaciones dentro del seno de los líderes del Talibán buscan a marchas forzadas conforman una nueva administración que le dé al país estabilidad política, pese al frente abierto por una milicia en el valle de Panshir.
Por otra parte, se están llevando a cabo conversaciones en Doha y Nueva York para intentar alcanzar un consenso internacional sobre las condiciones para reconocer al próximo Gobierno talibán en Afganistán .
Sin embargo, hay indicios de tensiones entre Rusia y Estados Unidos después que Moscú pidió a Washington que liberara las reservas del Banco Central afgano que la Casa Blanca bloqueó después de la toma de Kabul por los talibanes a principios del mes de agosto.
"Si nuestros colegas occidentales están realmente preocupados por el destino del pueblo afgano, entonces no debemos crearles problemas adicionales congelando las reservas de oro y divisas", dijo el enviado del Kremlin a Afganistán, Zamir Kabulov.
Estados Unidos debe descongelar urgentemente estos activos, "para reforzar la tasa de la moneda nacional que colapsa", precisó.
Las principales potencias occidentales del Grupo de los Siete (G7) se están reuniendo con Turquía, Catar y la OTAN en Doha para discutir más detalles sobre cómo se podría reabrir el aeropuerto civil de Kabul para permitir que aquellos que quieran salir de Afganistán con documentos válidos puedan hacerlo.
No obstante, después de 20 años de guerra, la vida para millones de afganos sigue siendo difícil e incierta en medio de una economía que se desmorona.
El secretario general de la Organización de Naciones Unidas, António Guterres, advirtió el martes sobre una inminente "catástrofe humanitaria", y agregó que los servicios básicos amenazaban con colapsar "por completo".
