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El caso del joven desaparecido en Argentina desde el 1° de agosto, el artesano Santiago Maldonado ha causado conmoción en todo el país; este lunes su hermano Sergio Maldonado entregó un texto escrito por el joven que refleja su ideal a favor de la comunidad mapuche.
El hermano de Maldonado envió el texto inédito con el propósito de dar a conocer el espíritu y la ideología del joven, que decidió asistir a la manifestación a favor de la comunidad mapuche en Cushamen, Chubut.
Maldonado tiene casi un mes desaparecido y nadie tiene indicios de su paradero; la publicación es un texto sensible escrito por su puño y letra.
>>Pérez Esquivel: Estado es el responsable directo en desaparición de Santiago
La aparición con vida de Maldonado es demandada en el ámbito nacional e internacional y se solidarizan en rezos y reclamos con la familia de este joven convertido en un símbolo de los mapuches.
Pese a todos los reclamos y repudios por la desaparición forzada de Maldonado, las autoridades argentinas no dan respuestas oportunas por el hecho en el que la Gendarmería Nacional intervino para dispersar la manifestación mapuche.
El Ministerio de Seguridad a cargo de Patricia Bullrich tampoco muestra señales de la investigación que se realiza por la desaparición de Maldonado.
Sergio Maldonado entrego el texto a la revista Garganta Poderosa donde su hermano expresó sus pensamientos en un manuscrito.
Estas son las palabras inéditas de Santiago Maldonado:
LA PACIENCIA
Cuando el amor se convierte en una cárcel, los carceleros están en todas partes, los sentimientos están confundidos, la esquizofrenia genera desquicio; en el oficio, en el ocio y en el negocio.
Los vicios se inyectan en el odio que nos dio Dios en este mundo perverso de lo micro a lo macro hasta el universo; el odio que tengo lo expulso de mi cerebro, cuando el amor solo te engaña, cuando te daña y te enreda en su telaraña.
El mañana no se sabe si va a salir el sol, va a estar nublado o con chaparrón, tornados, vientos huracanados; hasta se puede morir, calcinado por amor...
En este mal de amor, no sé qué camino optar; si odiar también me encarcela, como quien cela.
Y si no pregúntale a Marcela, que se olvidó en un cajón de roble de madera... ¡Quién era!
En esta era cualquiera,
mera coincidencia,
la paciencia.
