La Organización de las Naciones Unidas (ONU) exigió este martes una solución a la actual crisis entre israelíes y palestinos en Jerusalén antes de que se convierta en un conflicto religioso.
El coordinador especial de la ONU para el Proceso de Paz en Medio Oriente, Nickola Mladenov, señaló ante los acontecimientos de los últimos once días en los sitios sagrados de la Ciudad Vieja de Jerusalén, que es urgente evitar que el conflicto continúe, debido a que, según sostuvo, ambas partes sufrirían una violencia que se extendería tanto en la región, como fuera de sus fronteras.
La actual crisis entre israelíes y palestinos puede escalar y convertirse en un conflicto religioso. https://t.co/4m0TU30E8G pic.twitter.com/DxyehtPY6Q
— Naciones Unidas (@ONU_es) 25 de julio de 2017
“No debemos perder de vista la necesidad de retomar la perspectiva política y la importancia de hacer que palestinos e israelíes restauren un ambiente propicio para las negociaciones y para un acuerdo sobre el estatus final y evitar que el conflicto nacional israelí-palestino devenga en uno religioso”, apuntó Mladenov en un informe que entregó al Consejo de Seguridad.
El diplomático aseguró que las autoridades religiosas islámicas en Jerusalén y los líderes palestinos pueden ayudar a mantener la calma en Jerusalén oriental y en el resto de la Cisjordania ocupada.
Israel impuso medidas de seguridad en la Ciudad Vieja de Jerusalén y en territorios palestinos, entre ellas instalar detectores de metales en los accesos al lugar.
Esta orden desencadenó una serie de protestas violentas entre palestinos contra las fuerzas policiales de Israel, que dejaron como resultado al menos cuatro palestinos muertos, según el último informe de la ONU.
Por ello, Mladenov confió en que esta decisión calme las tensiones actuales y permita que los devotos vuelvan a la Explanada de las Mezquitas a hacer sus oraciones, por lo que instó a todas las partes a evitar provocaciones, a actuar con mesura y a poner fin a esta crisis en los próximos días.