Las principales ceremonias se celebran durante agosto en los lugares más altos de las zonas andinas rurales, conocidos como “apachetas”, para dar gracias por la productividad de la Tierra y para pedir un nuevo ciclo agrícola más fértil.
Miles de indígenas de la zona andina de Bolivia hicieron rituales y ofrendas en los cerros alrededor de la ciudad de La Paz, para iniciar el mes de la Pachamama (la diosa madre-Tierra), una ancestral práctica para pedir prosperidad y perdón por los errores cometidos.
Iniciamos agosto, mes de la Pachamama, hay que agradecerle en familia, con la comunidad, por los frutos y recursos que nos regala. pic.twitter.com/V0Zo2bE9a2
— Evo Morales Ayma (@evoespueblo) 1 de agosto de 2017
Como ya es tradición, desde primeras horas de la mañana, grupos de originarios se dirigieron hasta el cerro La Cumbre, a 25 kilómetros de la sede de gobierno, en una nutrida vía de ingreso a la región cocalera de Yungas, para quemar ofrendas, una mezcla de raíces, dulces, huevo o frutas, y ofrecerlas a la diosa indígena.
Muchas de las ofrendas, hechas en pequeños altares con fuego encendido, son fetos o crías disecadas de llamas y de ovejas que, según quienes las venden, murieron de forma natural y son recogidos en el campo porque son uno de los elementos centrales de los ritos dedicados “a saciar el hambre” de la “Madre Tierra”.
Mientras se realizan las quemas, los bolivianos ruegan por salud, prosperidad en los negocios o para que la Pachamama les provea las energías positivas de la naturaleza. Los ritos andinos coinciden con el mes de la siembra y se ruega a la tierra por buenos frutos.
Agosto, mes de la Patria y de la Pachamama. Nuestro deber rendirles homenaje, pedir unidad por la dignidad e igualdad de nuestro pueblo.
— Evo Morales Ayma (@evoespueblo) 1 de agosto de 2017
Esta tradición se ha extendido a la ciudades andinas donde comerciantes y transportistas preparan fiestas callejeras con ritmos andinos para compartir comidas y bebidas.