Tras el voraz incendio ocurrido en la ciudad rusa de Kémerovo, Siberia (noreste), miles de personas rindieron homenaje a los fallecidos.
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El pasado 25 de marzo, las autoridades rusas reportaron un incendio en el centro comercial Zímniaya Vishnia (Cereza de Invierno, en español), donde unas 64 personas murieron, entre ellos, 41 niños.
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La población se concentró en varias ciudades para mostrar respeto a las víctimas, como en Moscú, San Petersburgo, Ekaterimburgo, Vladivostok, Simferópol, Sebastopol, Chitá, Magadán, entre otras.
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Con flores, velas, juguetes y osos de peluche, las personas acudieron a las principales plazas del país para elevar monumentos en su honor.
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Las autoridades indicaron que el incendio comenzó en una de las salas de cine del centro comercial después de la caída del techo.
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En el marco de las investigaciones, cinco personas fueron detenidas por la tragedia, incluida la dueña del lugar y el director de la seguridad antiincendios.
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El Gobierno ruso decretó tres días de luto. Además, el presidente Vladimir Putin declaró el 28 de marzo como día de duelo nacional.
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Este hecho es el segundo más trágico ocurrido en la nación euroasiática, luego del incendio en un club nocturno de Perm en 2009, donde 153 personas perdieron la vida.
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