Es muy probable que en cada uno de nuestros pueblos, los hijos de la Patria Grande nos disputemos como muy nuestro, al grande entre los grandes, nuestro Comandante Fidel Alejandro Castro Ruz, el que cambió el rumbo de nuestros pueblos, con su revolución en la libertaria Cuba y la gran revolución  continental alcanzada, sobre todo, con su ejemplo, para abrirnos caminos de emancipación y libertad y como partero del nuevo mundo multicéntrico y pluripolar, que se resumía en la frase optimista: “Hasta la victoria, siempre”.

     
Nuestro Comandante eterno, Fidel Castro, pasando de la lucha armada de Sierra Maestra,  hasta llevarnos a la lucha por las ideas, fue y seguirá siendo el ejemplo liberador e inspiración de las nuevas y futuras generaciones de muchachas y muchachos, que en el legado del Comandante Fidel Castro se reflejan en el líder guerrillero, el estratega, el intelectual orgánico y el sujeto integral y complejo de nuestros tiempo, desde los tuétanos del Pueblo humilde y los pobres del mundo, que con  Fidel, sabrán siempre, que es posible un mundo mejor contra las lacras del capitalismo.
     
Es que nuestro Comandante universal, el martiano y bolivariano Fidel Castro, era y seguirá siendo, un faro de luz y un imán que se irradiaba en todos los líderes revolucionarios del mundo, a quienes inspiraba y seguirá inspirando, como lo fue con el Comandante Ernesto Ché Guevara, con el heroico   Camilo Cienfuegos, el Comandante eterno Hugo Chávez,  Néstor Kirchner y todos los hijos de Fidel que están por el mundo liderando luchas de amor y liberación de nuestros pueblos.
     
Es penoso quebrarse y llorar cuando sabemos que el legado del Comandante eterno Fidel Castro está en  la conciencia popular en un “hasta siempre”, pero lo dialéctico de Fidel entendería que en este momento tenemos derecho al llorarlo, porque cada minuto de su vida fue para el Pueblo cubano y para todos los pueblos emancipados,  la certeza amorosa de su guía e inspiración. Gracias a Fidel, tantas mujeres  y tantos hombres, hoy somos más felices profesando nuestra militancia en el campo revolucionario, que es el de la vida, la paz y el ecosocialismo. Fidel Castro regresa a la tierra, según su voluntad,  con su cuerpo  hecho polvo, por sus convicciones y su amor desenfrenado por la naturaleza. ¡Hasta la victoria, siempre! ¡Patria y Socialismo! ¡Viva Fidel!