Elecciones en Honduras: barbarie o fin del golpismo | Blog | teleSUR
12 noviembre 2017
Elecciones en Honduras: barbarie o fin del golpismo

La campaña electoral en Honduras se ha dado en un marco enrarecido, en la que se nota un nivel de tensión inusual, marcado por una campaña sucia sin precedentes, muy al estilo de JJ Rendón, a quien no le importa mucho resaltar alguna cualidad de Juan Orlando Hernández (si es que tiene alguna), y dedica un esfuerzo inmenso y costoso en la desinformación y la manipulación descaradas. Particular esfuerzo ha hecho el régimen por contrarrestar su amplia desventaja en las redes sociales, en las que ha “sembrado” miles de pseudo noticieros, que divulgan falsedades, o distorsionan verdades.

Elecciones en Honduras: barbarie o fin del golpismo


 
La feroz campaña en redes incluye miles de perfiles falsos, y supuestos sitios internacionales de noticias, que son parte de una inversión multimillonaria del régimen golpista de Juan Orlando Hernández para, vía sobre saturación, desmoralizar, inmovilizar y confundir al pueblo hondureño. Y es que, todo el régimen del bipartidismo golpista se ha empeñado en construir una verdad paralela al pueblo hondureño, mientras profundizan medidas neoliberales que dejan a Macri y a Temer como vulgares aprendices.
 
Los medios de comunicación, todos, absolutamente todos, bajo la tutela de la clase gobernante, bailan al son que les impone el régimen, satisfechas y con las bolsas llenas con fondos del estado.  Las acusaciones de corrupción contra el gobierno de Hernández no son cosa de la esquizofrenia de unos pocos; de hecho, los voceros oficiales se jactan de que “la gente en Honduras no está preocupada por la corrupción”, y la campaña Klugman – Rendón se ha dedicado completamente a la guerra sucia contra la Alianza de Oposición.
 
Por otro lado, las casas encuestadoras, se han dedicado a lo largo de 2017 ha repetir una y otra vez que el oficialista Hernández es ganador “amplia Diferencia”, en un esfuerzo por desmovilizar a la oposición. Estas encuestas, son parte de la maquinaria mediática que, a pesar de su gran inversión en mentiras, no logra arrancar del imaginario de nuestra sociedad la sensación de hartazgo con casi una década de golpismo, y un acelerado empobrecimiento de las mayorías.
 
Diversos estudios privados o independientes, contrastan dramáticamente con la ficción de  Cid Gallup y otras casas encuestadoras, muestran a la Alianza de Oposición contra la Dictadura, que postula a Salvador Nasralla a la presidencia, y que es coordinada por el ex presidente José Manuel Zelaya Rosales, como virtual ganadora del próximo proceso electoral, con ventajas que oscilan entre 15 y 20 puntos sobre los candidatos del bipartidismo golpista. 
 
La Alianza publicó recientemente un extenso documento en el que denuncia un complot para perpetrar un fraude electoral en las próximas elecciones, y está sustentado en abundante información sobre la contaminación del proceso provocada por el Tribunal Supremo Electoral, en todas sus partes. Hace muy poco, en un afán diversionista, el TSE “cambio” a la empresa responsable de transmitir los datos, por otra que hace apenas un año no disponía de un solo empleado y se encontraba entre las empresas deudoras del fisco. Esta misma empresa, emprendió en las últimas semanas un proceso acelerado de contratación, de militantes del partido de gobierno, y ex empleados de la compañía Mapa Soluciones, la recientemente despedida.
 
Enfrentados ante una derrota inminente, los personeros del régimen han ido preparando un ambiente de terror y violencia, acusando a la oposición de fraguar “actos sediciosos”, y, en palabras de un ex magistrado del Tribunal Electoral “estarían preparando escuadrones de gente encapuchada que irrumpirá en los centros electorales para destruir urnas, y argumentara que estos son miembros de la Alianza”. En una ardid muy mal elaborado, han sembrado por meses en el cuerpo diplomático radicado en Tegucigalpa, la idea de que se avecina una situación de “violencia extrema el día de las elecciones”.
 
Por otro lado, se han jactado de que estas serán las elecciones más observadas de la historia, por múltiples misiones que encabezan la OEA, a cargo del tristemente célebre golpista boliviano “Tuto” Quiroga, la Unión Europea cuya jefa de misión es parte de la izquierda europea. Tanto la OEA como la UE, han hecho caso omiso a las denuncias documentadas por la oposición, y se han dedicado a legitimar el proceso. Invariablemente, en todas sus reuniones han dejado claro su propósito de “reglamentar la reelección” DESPUÉS de las elecciones.
 
Por último, es necesario apuntar que, tanto la Alianza de Oposición contra la Dictadura, como el Candidato del Partido Liberal, han anunciado reiteradamente, que no aceptarán, bajo ninguna circunstancia, los resultados emitidos por el sistema de transmisión de datos del Tribunal Supremo Electoral el día 26 de noviembre por la noche. Además, han anunciado que montaran un Sistema de Conteo de Verdad, que estará a cargo de hacer un recuento real de la Actas Físicas de la elección, único reconocido como documento de escrutinio.
 
La Alianza de Oposición contra la Dictadura, ha ido más allá, y se dispone a vigilar el proceso mediante grupos ciudadanos denominados Comandos para la Defensa de la Victoria, que estarán a cargo de neutralizar acciones fraudulentas como la compra de votos, el tráfico de identidades, la suplantación de urnas, la sustracción de actas, y otras más. Hace unas horas, el propio coordinador Manuel Zelaya Rosales, anunciaba la ejecución de la “Operación Cusuco”, que el día de las elecciones se encargará de que “nadie se quede en su casa sin ir a votar.
 
En síntesis, el proceso electoral hondureño, que tiene lugar en dos semanas, luce complejo y complicado. La observación internacional, sin la preocupación de una prensa extranjera que cuestiones sus actos, se hace ciega y sorda frente a una realidad muy evidente: el golpismo hondureño está agonizando y en los estertores de la muerte, se apresta a cometer indecibles crímenes, mientras el pueblo hondureño, no está en posición de vivir otro 28 de junio de 2009.


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